El Grupo A tiene a grandes rasgos dos formas de ejercer la oposición. En la primera, que sostiene que el gobierno es lo peor de la derecha o que es como Hitler pero sin campos de concentración, se destacan tanto la Mentalista de Gorlero como Pino Solanas, líder de un partido vecinal porteño preocupado por la minería. Es un estilo talibán que frecuenta la antipolítica y que requiere de mucha pasión para mantener cierta credibilidad en los terribles apocalipsis anunciados.
El segundo es un estilo más pausado. Sostiene que si bien esto no es estrictamente una dictadura polpotiana y que no es seguro que el próximo fin de semana todos los argentinos mueran de inanición, la verdad podríamos estar mucho mejor. Solo la suerte o las condiciones externas han permitido que un gobierno autoritario e improvisado como el actual pueda presentar algunos éxitos (este reconocimiento de algunos éxitos es el muro de Berlin que separa las dos trincheras del Grupo A). Pero justamente esa falta de seriedad y democracia limitan ferozmente el horizonte de lo posible. Los representantes de esta tendencia, panradicales en su gran mayoría, se presentan como los gobernantes que podrían potenciar esa suerte con el buen gobierno, las 3 o 4 cosas, el consenso y algunos vapores más.
Alfonsín fue quizás el opositor que más se diferenció de la versión talibana (antes lo hizo Binner pero su afonía logró que nadie se enterara, ni siquiera los socialistas). No solo por aborrecer las lluvias de fuego sino por creer genuinamente en las virtudes de la política dejó de lado tanto el honestismo como el intencionalismo doctrinas adoradas por sus socios y amigos. Eligió un camino poco transitado y logró despegarse de la furia opositora clarindependiente (incluso se diferenció en el último episodio de alcahuetería hacia la embajada de los EEUU durante la terrible crisis del avión).
Pareció ser la solución al enigma luego de devorar al vicepresidente opositor y desactivar el virus Carrió (el peor fuego amigo de la oposición). Sin embargo, como tantos otras espadas republicanas, Alfonsín ha perdido su encanto. No es imposible que gane las internas pero ha perdido la hegemonía, que en algún momento tuvo, frente a un Sanz que parece querer llevárselo puesto.
¿Que diferencia a Sanz del hijo de Raúl? Salvo el antikirchnerismo explícito, casi nada. Sanz sobreactúa su rol de opositor, no deja pasar un solo item del temario de los medios y se zambulle con ahínco en la canaleta de la AUH o en la defensa del Departamento de Estado. Pero en el fondo no se diferencia demasiado de su contrincante.
El drama de Alfonsín es que ganó su lugar en el podio gracias a su moderación, y hoy corre el riesgo de perderlo por la misma razón.
Me parece que hay una diferencia.
ResponderEliminarAlfonsin quiere bajar paulatinamente las retenciones; Sanz las quiere eliminar de un plumazo.
Después la cosa es así; al final del camino repúblico y blanco, todos se van a encontrar en un halo de consenso y cielos cristalinos.
En tanto, los K ya habrán peregrinado del purgatorio al azufre del infierno! Pero con tanto viento de culo que el azufre seguramente empezará a cotizar alto en el mundo.
Otro tema que le juega a favor a Sanz (dentro de su electorado potencial) es tener mas cara de h.. de p.. que Ricardito.
ResponderEliminarEn el imaginario radical, ellos resultaron eyectados de la presidencia por haber sido demasiado buenos y por no haber sabido como interactuar con las fuerzas maléficas (peronistas por supuesto) que gobiernan la naturaleza.
Ricardito tiene cara de buenazo y se lo van a comer crudo. Tal vez encarne mejor los “valores y principios del radicalismo” que trajeron nuestros “abuelos que vinieron con una mas detrás y otra adelante”.
De la Rua si bien no era buenazo, si encarnaba los “valores y los principios”. Otro “caballero” aunque menos bueno. Lo que le faltaba era “astucia” (un anti valor dentro del centenario partido).
Alfonsin padre fue eyectado por haber sido demasiado “bueno”.
De la Rua por haber sido demasiado “boludo”.
La estética (que es lo único que importa en el radicalismo) de Sanz conjuga las dosis justas de astucia y mirada turra sin resignar buenos modales (valor supremo de los radicales).
Ni buenazos ni boludos … esos son los factores estéticos que según mi punto de vista van a primar en la interna radical
¡El fuego del Infierno avivado por el viento de cola kirchnerista!
ResponderEliminarEsa es una alegoría que la Mentalista lamentaría no tener (¿Como se le puede ocurrir a un bloguero K y no a vos, salame? le diría a Fernando Iglesias, experto en globalización algo deshilachado).
Felipe
ResponderEliminarCreo que algo de eso hay. Sanz juega más abiertamente hacia las corporaciones, que luego de soñar junto a Cobos (algo realmente insólito, aún para los estándares generosos de este país) y luego descartarlo parecen desconfiar de Ricardito.
Lo interesante es imaginar cual sería el margen de maniobra real de un gobierno radical (más allá del candidato elegido). Que podrían cambiar sin generar no solo un cimbronazo con la oposición (los K y sus aliados le pasarán una factura abultada) sino y sobre todo, frente a la opinión pública. ¿Volver a las AFJP? ¿Eliminar la AUH? ¿derogar la ley de medios? ¿Eliminar las retenciones? ¿Congelar paritarias?
Es cierto que pueden aplicar la muerte lenta a algunas iniciativas (eliminando la indexación de la AUH o eliminando los artículos ríspidos de la ley de medios) pero van a estar metidos en un portaobjeto, con una legitimidad acotada y la sospecha permanente de ser los cadetes de las corporaciones.
Creo que la apuesta radical pasa por otro lado. Nadie cree realmente llegar a la Rosada, lo importante es tener legisladores, diputados, intendentes. Mantener gobernaciones, rearmarse y esperar 2015.
Hasta ahora no lo hicieron mal (pasaron del trostkista 2,5% en las presidenciales del 2003 y la vergüenza de llevar a un peronista como candidato en 2007, al aprox. 20% de intenciones de voto actuales, con varios candidatos posibles).
Se cortó el pelo Fernando y está padeciendo el síndrome de Sansón.
ResponderEliminarChe, me agarro una duda. El missing candidates se actualiza cada vez que se encuentra al desaparecido, o se renueva foto por cuestiones un poco más discrecionales relacionadas con la misteriosa canaleta de la coima y el soborno? Eso es publicidad disfrazada de servicio humanitario, no me digan que no!
ResponderEliminarY para no hablar solo de las notas al margen (generalmente más interesantes que el cuerpo de la nota) voy a dar mi opinión sobre Alfonsín. Gran hombre, peleo por lo que creía, pero después la corporación término por sacarlo del juego por un candidato más del palo.
A si, y también tuvo un hijo que se llamó igualito a él. Y sigue vivo el pibe. Y, en esos azares de la vida, usa los trajes del padre el muy miserable (Y... con esta inflación, ¿que querías?).
En fin, me despido, con “fuertes críticas al gobierno” (que no decaiga, hace mucho que no leo una de estas!).
Saludos. Fiorde.
Amigo Fiorde
ResponderEliminarAsí como los productores de los programas televisivos se llevan lo que pueden recuperar de los chivos y otras PNT mientras que el canal se queda con la publicidad, la MAK se queda con el subsidio directo de la JDG mientras que yo tengo que sobrevivir con los candidatos desaparecidos que cada tanto me tiran una moneda.
No me avergüenza hacerlo (al fin y al cabo me permite comprar Legos para mi hijo menor, eyeliner para mi hija adolescente e incluso medio kilito de tomates cada tanto) pero tampoco quisiera vanagloriarme. Imagino que mi abuela esperaba más de mi.
Lo cierto es que me estoy quedando sin missing candidates. No se si eran menos de lo que uno pensaba o su paso por este valle de lágrimas fue tan fugaz que ni siquiera los recordamos, pero son una especie en vías de extinción. Puede ser también que la cercanía de las elecciones haya convencido a los accionistas de Clarín que lo mejor era parar un rato con la fábrica de muñecos.
Vaya uno a saber.
Saludos,
r.
Sanz es Sanz ,y Ricardito es hijo de ,,,,y encima los trajes del padre le quedan grandes
ResponderEliminarLa oposicion le hace la mejor Campaña a Kristina .Cada paso q dan me dan más convicción para votarla Mabel
La oposición es efectivamente uno de los grandes activos del gobierno. Como Zapatero con su rival Rajoy, la oposición es la jefa de campaña de Cristina...
ResponderEliminarI rеally lіκe reading an artісle thаt can makе men and wοmen thinκ.
ResponderEliminarΑlso, thanκѕ fοr permitting mе to сomment!
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