“No una, sino todas los cosas que la tradición atribuye a Judas Iscariote son falsas”
Thomas De QuinceyEn su largo texto “
Tres Versiones de Judas”, Borges se entretiene con su juego favorito de otorgar eternidad a algunos autores y estudiosos a los que Dios, más limitado o más requerido, les habría dado apenas una vida, y el olvido.
Gracias a Borges y a esa generosa costumbre, pudimos conocer en la MAK a Nils Runeberg, a quien apodamos rápidamente “El Alemán”, por no entenderle casi nada (además de por su acento), para una breve discusión sobre política nacional.
El Alemán inició una perorata sobre ¨La Traición Necesaria¨ citando a
Thomas De Quincey quien sostuvo que todas las cosas que la tradicion atribuye a Judas Iscariote son falsas y que el apóstol maldito entregó a Jesus para forzarlo a declarar su divinidad y encender asi una vasta rebelión contra el yugo de Roma.
Apenas 100 años despues, nos dijo el alemán, llegó a conclusiones similares. Se niega a aceptar la casualidad como explicación del hecho más precioso de la historia y basa su argumentación en que nadie necesitaba de un traidor para “marcar” a un predicador con más apariciones públicas que Carrió en TN. Para aquellos que no dudamos de la omnisciencia de Dios ni la de su hijo en la tierra, el argumento más irrefutable que le escuchamos fue: ¿Cómo creer alegremente que ÉL haya nombrado como apóstol a alguien que lo traicionaría o aún que alguien pudiera traicionarlo sin que ÉL lo impidiese?
Por el contrario, Judas es para Nils, un
primus inter pares. El apóstol que mejor percibe el sacrificio de la Divinidad que al pasar de la eternidad a la historia, de la ubicuidad al espacio, requería de un hombre, en representación de todos los hombres, un sacrificio equivalente. Judas sería ese hombre, ¿Qué mayor sacrificio que rebajarse a delator? La frase final de Nils fue “Judas refleja de algun modo a Jesús”.
Nos despedimos del Alemán, habiendo entendido el valor de algunos actores fundadores de esta nueva era Cristiana (o Cristiniana).
Quizas porque los Judas de hoy ya no son lo que eran hace 2000 años, esta nueva religión requirió el sacrificio de varios Judas para poder adquirir la potencia que hace dos milenios le insufló Judas Iscariote a una banda de hara krishnas y saltimbanquis transformándolos en una máquina de poder con cobertura mundial a fuerza de pura fe, mística y compromiso militante.
Nadie puede creer seriamente que
la chica que nos gusta haya elegido a un pelele traidor como vice salvo que ese no fuera más que el peón necesario de un plan finamente orquestado. Ni que el dúo de
stoppers, Pichetto-Rossi, no hayan podido desarmar el embate de este titán del tamaño de una pulga mal amaestrada, de haberlo realmente deseado.
¿Qué conocedor de los talentos de Néstor negaría que podría haber pactado el silencio con Magnetto y una buena centena de tapas aduladoras? Una telefónica mas, una telefónica menos, sería menos paga que los 30 denarios para la Kaja de la Cristiandad.
¿Qué malintencionado podría adjudicar a una falla psíquica de la mística Carrió el coraje de condenarse, como Judas, a “ser huesped del fuego que no se apaga” y rebajarse al “peor delito que la infamia soporta”, que en nuestros días ya no es la delación sino el ridículo? Y todo para insuflarle fuego y pasión a esta nueva religión de la que ella no será parte.
Aunque en la MAK suscribimos a esta hermosa visión de nuestros Judas, no acompañamos al amigo Nils hasta el punto de sostener que en busca de un sacrificio por los hombres, Dios pudiendo elegir ser Alejandro, Pitágoras, Rinconete, Borges o Jesús, eligió un infimo destino, y fue Judas. No creemos que sea Cobos el heredero de Dios aunque sin Cobos, como sin Judas, no habria Cristiandad (o Cristianidad).
Los feligreses de la Cristianidad, tenemos que reconocer en los sacrificios de Cobos, Magnetto, Carrió, Redrado, Lanata y tantos otros, la llama inicial que encendió nuestro fuego.
Si alguna vez esta Cristianidad cumpliera 2000 años, otro Thomas de Quincey tal vez escribirá sobre Cobos en un intento de rescatarlo de la instrascendencia al que la historia seguramente lo condenará.
¿Y por qué no soñar en que se apoyará en este post para hacerlo?
Texto, idea, talento: Elbosnio
Acentos: Rinconete