Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

Próxima Gran Cena de la MAK el miércoles 8 de julio de 2015


Preocupado por la evaporación de nuestra oposición que nos condena a generar alguna propia, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Guateques, Cachondeos y Pechito con Pechito (la ya legendaria SeGuCachPech, por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice la próxima Gran Cena de la MAK el miércoles 8 de julio, en honor a San Procopio, mártir cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

La Gerencia de Invitados ilustres (la célebre GIL) invitó a un conocido teórico del populismo de salón, que suele hacerse llamar Maestro de Luz por sus escasos seguidores. Él y sus tiradores serán la sorpresa de la noche.

El lugar es el habitual, el ya legendario Salón Dorado Horacito Rodríguez Larreta del Círculo Salvavidas, ubicado en Cabello 3958, barrio carenciado de Palermo, a las 20:00.

Pese a ser K respetamos los acuerdos a largo plazo y las políticas de Estado: se pagará una entrada única de $60, lo que dará opción a empanadas frozen (con suerte más de una), vino de ferretería y gaseosa tibia a granel.

Quienes dispongan de recursos a pesar de un fin de ciclo que es peor que el 2001, podrán negociar directamente con el Círculo Salvavidas el plato Súper De Luxe Primera Especial, como milanesa, pechuga, ensalada y demás manjares.

Por razones de seguridad nos vemos en la obligación de mantener el santo y seña: "¡Qué desmejorado que está Elbosnio!". Berni en uniforme de camuflaje lo exigirá en la entrada, sin excepción.

Foto: En el Campo de Entrenamiento Néstor Carlos Kirchner, el General (sentado, con anteojos) posa junto al comando venezolano-iraní con formación en Cuba Libre.
Cortesía Fundación Led para el Desarrollo de la Fundación Led.
 

La AUH y la indignación semántica


Columna publicada en Nueva Ciudad.

“La Asignación Universal por Hijo se está yendo por la canaleta de la droga y el juego”

Ernesto Sanz, mayo del 2010


“Hay que transformar la Asignación Universal por Hijo en ley“

Ernesto Sanz, mayo del 2014






Con frecuencia, las críticas opositoras a las iniciativas kirchneristas se centran en las formas, los procedimientos o las intenciones, más que en las iniciativas en sí o en sus resultados.

Entre las variantes de esas críticas está la indignación semántica, que se destaca por analizar con precisión talmúdica lo que el gobierno opina sobre sus propias iniciativas o, incluso, de qué forma las nombra y considera su contenido como algo secundario.

Uno de los casos más denunciados por los entusiastas de la semántica es el de la Asignación Universal Por Hijo (AUH), ya que la misma no sería universal dado que no la perciben todos los menores de 18 años del país.

En rigor de verdad, la AUH fue una ampliación del régimen de asignaciones familiares que agregó dentro del universo de los beneficiarios- básicamente hijos de trabajadores registrados- a los hijos de padres desocupados, trabajadores en negro y personal de servicio doméstico que perciban ingresos iguales o por debajo del salario mínimo. El objetivo es que todos los menores, sean sus padres trabajadores registrados o no, estén cubiertos con una asignación. Esa es la universalidad de la medida, concretada a través de unos 18.000 millones de pesos distribuidos cada año.

Otra crítica, que podríamos llamar indignación copyright, señala que la idea de la AUH no fue del gobierno sino de otros y que “lo único” que se hizo fue apenas encontrar los recursos, implementarla y monitorearla.

Los indignados también suelen ser tenaces al denunciar a la AUH por su origen impuro, dado que fue proclamada a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y no de una ley en el Congreso. Más allá que un DNU aprobado por el Congreso tiene fuerza de ley y dispone de todas sus prerrogativas y garantías, podríamos tratar de imaginar qué hubiera pasado si CFK enviaba el proyecto al Congreso en lugar de decretarlo: el radicalismo probablemente no lo hubiese votado, como no votó el fin de las AFJP a pesar de haberlas criticado desde siempre.

Todas estas formas de indignación son lugares comunes resistentes, pero sobre todo, asombrosos.

En efecto, a nadie se le ocurriría quitarle méritos a Roque Sáenz Peña porque la ley de “sufragio universal” que lleva su nombre es semánticamente falsa, al no estar incluidas las mujeres o porque apenas un 12% de la población total votó en las elecciones de 1928. Tampoco dejaríamos de alabarlo aunque la idea haya sido planteada por otros, durante la Revolución Francesa o incluso antes.

La misma Indignación Copyright denunció la legislación laboral del primer peronismo porque, en realidad, eran ideas del socialista Alfredo Palacios. También, como en el caso de la feminista Victoria Ocampo, se opuso al proyecto de sufragio femenino pese a apoyarlo debido a sus “obscuras intenciones.”

Para los indignados, el drama parece radicar en que las mayorías, más rudimentarias y menos ilustradas a sus ojos, suelen darle el mérito político de las buenas iniciativas a los gobiernos que las implementan. Asombroso.

Foto: La Internacional Semántica manifiesta su más enérgico repudio a la Ley Sáenz Peña, "que sin serlo se define como universal". (gentileza Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED.)
 

El faraón, la pirámide y la arquitecta egipcia















Columna publicada en Nueva Ciudad.



“El arquitecto Pei trata al patio del Louvre como si fuera un anexo de Disneylandia”

André Fermigier / Le Monde / enero de 1984


Apenas elegido presidente, el socialista François Mitterrand planeó una serie de “grandes proyectos” para Paris. El más emblemático fue la pirámide del Louvre, diseñada por el arquitecto norteamericano Ieoh Ming Pei.

Mitterrand había decidido incorporar al museo el ala norte del edificio, hasta ese momento ocupada por el ministerio de Finanzas, para permitir la exhibición de obras almacenadas en los depósitos. La propuesta de Pei resolvía el problema del acceso al museo ampliado, que presentaba una forma de “herradura”.

Hoy la pirámide es un hito parisino respetado por todos- además de ser la obra del Louvre más admirada luego de la Gioconda y la Venus de Milo- pero su génesis no conoció esa unanimidad.

En 1984, el anuncio del proyecto generó el inmediato rechazo de la oposición de derecha pero también de la Comisión de Monumentos Históricos, de varios medios (en particular Le Figaro, una especie de La Nación francesa) y de una parte significativa de la opinión pública indignada por la “destrucción” de la cour Napoléon, el patio donde se ubicaría la pirámide. La decisión de Mitterrand de encargar el proyecto de forma directa al arquitecto norteamericano- eludiendo el sistema de concurso utilizado en todos los otros proyectos presidenciales- indignó también a muchos arquitectos franceses y fortaleció la crítica de “faraón” que recibió el presidente.

Algunos críticos sofisticados, como el columnista del diario Le Monde citado al principio de esta columna, lamentaban lo que veían como una profanación del templo de la cultura. Y, en rigor de verdad, no se equivocaron: el Louvre pasó de tener menos de 3 millones de visitantes por año a recibir casi 10 millones. Además, muchos de esos visitantes sólo quieren ver la pirámide: miles de parejas se fotografían delante de la obra de Pei como otras lo hacen delante de la torre del ingeniero Eiffel, ese otro artífice de la cultura popular que tanto despreciaron los críticos sofisticados (el escritor Guy de Maupassant, que la detestaba, solía almorzar en el restaurante de la torre argumentando que era el único lugar de Paris donde no la veía.)

La pirámide del Louvre no sólo resolvió un problema específico -el acceso al edificio ampliado- sino que generó un nuevo hito para la ciudad: Le Figaro llegó a celebrar uno de sus aniversarios con un cóctel en el hall de aquella a la que había denostado. La decisión de Mitterrand y el trabajo de Pei, además, transformaron un museo para iniciados en un generoso espacio popular visitado por millones de personas, generando riqueza y PBI.

La reciente inauguración del Centro Cultural Kirchner en el antiguo Palacio de Correos y Telégrafos suscitó críticas apasionadas debido a su nombre, su costo, su tamaño o la aparente falta de seriedad en su programación. Al igual que ocurrió con los “grandes proyectos” de Mitterrand, las críticas y apoyos suelen corresponder tanto a los lineamientos políticos como a una cierta alergia a la cultura popular.

Prenda de canje de una de las últimas privatizaciones de los ´90, el Palacio de Correos podría haber terminado como alguno de los negocios inmobiliarios privados con activos públicos tan preciados por nuestros liberales. Haber evitado esa opción es de por sí una buena noticia. El muy buen proyecto de los arquitectos Enrique Bares, Federico Bares, Nicolás Bares, Daniel Becker, Claudio Ferrari y Florencia Schnack es otra buena noticia.

Se trata de un espacio de 100.000 m2 de acceso gratuito, con salas dedicadas a la difusión de la música, las artes plásticas y el cine. Eso es lo que realmente cuenta, la riqueza y el PBI que esa generosidad pública van a aportar, como ocurrió con la pirámide del Louvre.

El resto -las críticas por el nombre, por los gustos de “la arquitecta egipcia”, por la programación aún no detallada o el inevitable desborde de un espacio popular- se los dejamos a las lloronas ilustradas que, como André Fermigier, mañana ya habremos olvidado.

Foto: señoras indignadas por el siniestro proyecto del Ing. Eiffel exigen su demolición (gentileza Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED.)
 

Magnetoterapia contra la hegemonía

Muchas veces en la MAK discutimos sobre la estrategia de los medios dominantes, que no son otra cosa que el brazo mas visible de la plutocracia en la arena política. 

Vemos su fracaso al no poder instalar un candidato propio en la Casa Rosada, ni siquiera desplazar de allí al FPV, la fuerza que mas los enfrenta, y a veces nos tentamos en concluir, con cierta ligereza, que los medios no tienen el poder imaginado.

Lo primero que tenemos que aceptar es que en la arena politica no hay fuerzas que impongan su voluntad, al estilo de un Caesar (de lo que creemos que hacía un Caesar, al menos.)

Los actores no electorales por lo general no imponen su voluntad sino que erosionan la fortaleza del adversario, lo frenan, lo disuaden, mientras estimulan o potencian las de sus aliados. Actúan sobre los políticos y sobre las ideas.

La política es parte del reino de las probabilidades. 
Un actor con poder es aquel que logra quitarle 5% de apoyo al candidato que no quiere o a la idea que teme y agregarle 5% al que si quiere. No parece gran cosa pero en el largo plazo, con sucesivas iteraciones, esa fuerza inercial hará una sublime diferencia.

Pero en el tema medios y FPV creo que además erramos en creer que el objetivo de la Magnetoterapia es destronar al FPV. La plutocracia busca destronar al modelo, no a una persona. Y lo primero que debe hacer, como táctica defensiva, es evitar que ese modelo se vuelva hegemónico.

La erosión mediática, esa metralla diaria casi disparatada que horroriza a la mitad de los argentinos, sumada al vasallaje al que someten a cada político opositor que divierte a la otra mitad de los argentinos, han tenido éxito en el plano de prevención de hegemonía.

Si después de una década con los resultados que se obtuvieron, tanto en el plano del ciudadano (derechos civiles, empleo, ingreso popular, etc.) como desde la perspectiva de los políticos (votos, reconocimiento popular, internacional, recursos para obras y fanfarrias) se hubiesen dejado las fuerzas del mercado político a la libre competencia hoy todos los partidos nacionales competirían dentro del modelo. Nadie en su sano juicio haría campaña objetando sus líneas rectoras.

Sin la erosión magnética, sin el estímulo de la protección mediática de la que goza Mauricio o de la amenaza de invisibilidad que sobrevuela sobre todos los invitados a TN, el PRO, la UCR, los socialistas y varios más competirían sosteniendo que en sus manos el proyecto de un Estado presente, de un Estado recaudador, distruibuidor, de un creador de derechos, sería mucho más amplio, más rápido, más crispador. 

Contraofertarían con "Basquet Para Todos", AUH hasta los 30 años, estatización de las celulares y los supermercados, un poco al estilo de la propuesta del 82% móvil que plantearon alguna vez.

Librado a las fuerzas competitivas del voto, el modelo habría tenido mas hegenomía que la lograda por la convertibilidad en los 90's. 
Década en la que ninguna estructura politica proponía el fin de la convertibilidad como bandera. Porque ni siquiera los damnificados por la convertibilidad valoraban las promesas sobre su finalización. La oposición al gobierno creador de la convertibilidad hizo campaña prometiendo sostenerla y ganó. Y siendo presidente, ese opositor prefirió arriesgarse a ser eyectado, y serlo, antes que tocar la convertibilidad.

Esa es la hegemonía a la que temen Magneto y sus sponsors.
Esa es la hegemonia que logró, con mucho éxito, evitar.






(*) En la foto un aparato de Magnetoterapia para indignar diputados, desarollado por Opo Labs con plata de los jubilados, de esa que sacaron antes de la nacionalización de las AFJPs.