Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

Premios Ernesto a las Mejores Indignaciones de Peluquería 2015



Consciente de que la revolución de la alegría decretada por DNU por nuestro presidente ha generado una irrefrenable felicidad entre los periodistas y analistas serios, lo que parece condenar para siempre a las hasta ayer periódicas indignaciones, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Premios, Fiestas Negras y Bar Mitzvá, (la ya legendaria SePreFiNeBar, por sus siglas en inglés), liderada con mano de hierro por Nagus el Magnífico, para que lance los tan esperados Premios Ernesto a las Mejores Indignaciones de Peluquería 2015, que, lo decimos con tristeza y algo de indignación, tal vez sean los últimos. Quién sabe, tal vez el año próximo sean reemplazados por los Premios Majul a los Mejores Arrumacos Macristas.

En todo caso, como todos sabemos, las Indignaciones de Peluquería se pueden caracterizar tanto por su irrealidad absoluta, como en el caso de la prohibición del salmón, como por su absoluta irrelevancia, como la falta de corbata de Kicillof en el G20. Deben, eso sí, haber ocurrido imperativamente durante el año 2015.

Pueden ser Indignaciones Simples (IS), como la insistencia del presidente del Senado a presidir el Senado; Indignaciones Capicúa (IC) como la indignación por los subsisdios a los ricos y la indignación por el tarifazo; Indignaciones Genéricas (IG), como "Esto lo tendría que haber hecho mucho antes" o incluso Indignaciones Mamushka (IM), como la indignante quita de deuda de Néstor, la indignante negociación con los Fondos Buitre, el indignante maltrato al juez Griesa y la indignante voluntad de Kicillof de llegar a un acuerdo.

A pedido de nuestro público se incorporó también la Indignación Internacional (II), porque no hay razón para ser provincianos.

Como la MAK es un espacio participativo, horizontal y participativo, esperamos de nuestros miles de seguidores algunas candidaturas para la terna de candidatos. Un jurado independiente elegirá luego a los ganadores, en un comicio transparente auditado por el Dr. Fayt y su enfermera.

Como el entusiasmo es desbordante, ya antes de empezar hemos recibido candidaturas espontáneas, como la del amigo Manolito 2.0, una Indignación Internacional (II) en su versión Micro, referida a una maestra chavisto-castrista que intenta lavar el cerebro de nuestros hijos.

El amigo Microagencia propone por su lado una Indignación Ferroviaria (IF): la estación de Ciudad Universitaria habría sido inaugurada por CFK y luego cerrada.

El amigo Juan Heguiabehere propone una Indignación Metafísica (IM): "¡Mirá lo que nos hicieron votar para sacarlos!"

El amigo Sebastián propone una Indignación Doble (ID): "Destruyen el fútbol y la soja, las únicas dos cosas en las que estamos entre los mejores del mundo."

Algunos expertos señalan que en este último caso se debería analizar la posibilidad de instaurar una Indignación Lucas Llach (ILL) o incluso un merecido Premio a la Trayectoria, aunque todavía no se llegó a un consenso y para nosotros el diálogo y el consenso son nociones claves en la Argentina que viene.

Nuestro Maestro de Luz Elbosnio espera sus propuestas.

Foto: Durante la ceremonia del año pasado, Willy Kohan y Carlos Pagni reciben el Premio Ernesto de Oro 2014 por La falta de respeto al juez Griesa, héroe de nuestros periodistas serios y responsable del fallo que debíamos acatar según nuestro presidente. A cada lado vemos al General y a Nagus en uniforme makista de gala (c
ortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).

 

Estado bobo, sociedad lela



Columna publicada en Nueva Ciudad.

El secreto de las grandes fortunas es un crimen olvidado porque se llevó a cabo limpiamente.

Honoré de Balzac, Papá Goriot (1834)




Una persistente letanía señala que así como un funcionario público tiene una cantidad impresionante de obligaciones que exceden incluso las que se establecen por ley y que incluyen, por ejemplo, la de evitar como el ébola la soberbia o la ambición, un dirigente empresarial no parece tener otra obligación que la de generar riqueza para sus accionistas.

Un CEO puede entonces ser soberbio y ambicioso pero sobre todo tiene el derecho a carecer de cualquier obligación hacia su propia comunidad, exceptuando la minoría que conforma su board.

El argumento central de esta visión es que unos administran nuestra plata, por lo que deben tener responsabilidades mayores, mientras que los otros gestionan recursos privados, lo que aparentemente los liberaría de éstas. En cualquier país del mundo, de esos que solemos tomar como ejemplo, el Estado interviene en la parte del león del PBI, lo que transforma la noción derecursos privados en algo al menos discutible, pero en el caso específico de la Argentina es una visión imaginaria. Nuestras grandes empresas privadas, desde Techint hasta Clarín, pasando por Aluar, Telefónica o Galicia se consolidaron al amparo de la máxima del liberalismo criollo: el Estado debe dedicarse sólo a lo esencial, proteger a las empresas de las inclemencias del mercado.

Es decir, los jubilados y asalariados deben, llegado el caso, hacerse cargo de los pasivos del Galicia como en el 2001, pero no por eso el Estado puede inmiscuirse en las políticas de ese grupo, ya que, no debemos olvidarlo, se trata de recursos privados.

Existen otras visiones sobre la responsabilidad de las empresas privadas hacia su entorno. Por ejemplo, cuando a principios de los años 2000 el impetuoso CEO del holding francés Vivendi pretendió concentrarse en la industria de la comunicación con sus socios norteamericanos, vender la componente de agua y medio ambiente (que había sido históricamente el negocio esencial del grupo) y migrar la empresa a EEUU, recibió el rechazo definitivo del presidente Chirac. El gobierno no consideró que se tratara de una decisión que involucrara sólo recursos privados sino que implicaba enormes responsabilidades públicas. Tenía muchas razones para pensarlo, la empresa fue creada por un decreto imperial de Napoleón III y, pese a ser privada, benefició durante más de un siglo del generoso apoyo estatal.

Menos bonapartista, el Estado argentino dejó que Techint trasladara su domicilio a las Islas Caimán a principios de los años 90, aceptando voluntariamente una pérdida de control y recursos fiscales. Como escribió Tomás Lukin: “El extenso recorrido de empresas a través de distintos países, muchas veces paraísos fiscales, es un recurso que permite alejar de las autoridades tributarias a los verdaderos dueños de las compañías y aprovechar los beneficios fiscales que ofrecen las jurisdicciones del secreto.”

Desde la estricta gestión de negocios y ya no desde lo político, existe una idea que también amplía la responsabilidad corporativa. Se trata de la Teoría de los Stakeholders, término acuñado por el filósofo R.E. Freeman, que designa a “quienes son afectados o pueden ser afectados por las actividades de una empresa”. Para Freeman la responsabilidad de una empresa no se limita a sus accionistas o incluso sus empleados, sino que incluye también a sus clientes, acreedores, proveedores e incluso al Estado y a la sociedad en su conjunto.

Tanto el ejemplo del Estado francés como la teoría de los stakeholders sirven para demoler la candorosa (y peligrosa) idea de que existe una muralla china entre intereses públicos y privados, o que el valor de una empresa hacia la sociedad se mide por su balance.

En plena época de entusiasmo corporativo y gobierno de los CEOs, olvidar esas premisas elementales nos condenaría a algo más grave que un Estado bobo: una sociedad lela. 

Foto: productores de bebidas espirituosas exigen que el Estado deje de perseguirlos (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).
 

La confrontación es consecuencia, no causa


Columna publicada en Nueva Ciudad


"Los políticos de la transición española, que habían hecho ellos mismos la guerra en cualquiera de los dos bandos, buscaron el consenso y la concordia."

Esperanza Aguirre, referente del Partido Popular español (noviembre 2015)



Hace unos días, Luis Majul comparó a Mauricio Macri con Nelson Mandela. La comparación pareciera indicar, además del entusiasmo desbordante de este periodista independiente, que la Argentina kirchnerista tendría alguna relación con la Sudáfrica del apartheid y Macri, con el líder que logró unificar al país.

La elección de Mandela no es casual. A través de los años su ejemplo se ha convertido en un lugar común del pensamiento conservador. No importa que haya sido perseguido por comunista o haya apoyado la lucha armada, lo que lo define es el perdón que le otorgó a sus captores apenas salió de la cárcel, luego de pasar 27 años encerrado. La decisión de Mandela de lanzar una Comisión para la verdad y la reconciliación fue la piedra basal de la transición sudafricana. Los autores de crímenes relacionados al apartheid pudieron confesar su culpabilidad y entregar información a cambio de impunidad.

La transición sudafricana no es el único ejemplo que suele ser saludado por el pensamiento conservador. Chile y España son otros casos al parecer virtuosos.

La continuidad entre el gobierno del dictador Augusto Pinochet y el de Patricio Aylwin, el primer presidente del período democrático, se realizó en los términos y bajo la Constitución ideada por el dictador. Aylwin lanzó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación que acumuló información sobre desapariciones y asesinatos. Al presentar el informe el presidente pidió perdón a los familiares de las víctimas. No hubo juicios ni investigaciones criminales.

Sobre la transición española que tanto elogia Esperanza Aguirre escribí en esta misma columna hace un tiempo: “Lo que Felipe González no suele mencionar es que el Pacto de la Moncloa no hubiera existido sin la ley de amnistía previa.”

En Argentina, al contrario, elegimos juzgar los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Los contextos, como dicen los politólogos, eran por supuesto diferentes pero Raúl Alfonsín tomó una decisión que Ítalo Luder, su contrincante, probablemente no hubiera tomado (de hecho, a Luder le parecía incluso difícil anular la asombrosa autoamnistía promulgada por el gobierno militar para perdonarse hechos que nunca reconoció).

El resultado fue una transición menos ordenada, carente del consenso y la concordia de las transiciones española y chilena o el noble perdón de la sudafricana. La decisión de Alfonsín generó, al contrario, una enorme confrontación y los avances no fueron lineales, hubo que volver a empezar varias veces. Pero hoy, salvo el antediluviano editorialista de La Nación, ya nadie pone en duda que el camino de la investigación judicial fue una decisión virtuosa.

Uno de los conceptos más hábiles que logró imponer la campaña de Cambiemos fue que la confrontación es una forma de gobierno, no el resultado de acciones de gobierno. Los ejemplos de las transiciones nos demuestran que la confrontación en política no depende de formas rudas o estilos sedosos sino de decisiones políticas.

Por supuesto, no todas las decisiones de un gobierno tienen la trascendencia de una transición, pero todas, o al menos las más relevantes, confrontan con algún sector de la sociedad. Diría que el juego de la democracia es “elige tu propia confrontación”.

Como escribe el amigo Contradicto: “La novedad es que ahora, por primera vez, la derecha llega por derecho propio, sin deudas ni tributos pendientes a la política tradicional. Veremos en acción a la tecnocracia vernácula, tomando medidas sin tener que pedirle permiso a ningún “líder popular”. Siendo una pésima noticia para la mayoría de nuestro pueblo, los trabajadores y las clases populares, es una excelente noticia para nuestra democracia. En síntesis, estaremos entregando bienestar, trabajo, futuro e igualdad de oportunidades, a cambio de una pax política inédita.”

La tentación de salir de la trinchera, de terminar con la confrontación, es legítima aunque no esté exenta de costos. En los próximos meses empezaremos a vislumbrar los que pagaremos por esta paz inédita.

Foto: Un explorador al servicio del rey de Bélgica enseña las bondades de la no confrontación a un joven nativo del Congo (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).
 

Próxima Gran Cena de la MAK Pan Dulce miércoles 16 de diciembre 2015


Entusiasmado por la inesperada presidencia de un makista, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Guateques, Fiestas de Fin de Año y Otras Calamidades (la ya legendaria SeGuFiFinOtCal, por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice la próxima Gran Cena de la MAK Pan Dulce y Fiesta el miércoles 16 de diciembre, en honor a San Everardo, canónigo cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

En pleno transe místico-festivo, nuestro Maestro lanzó algunas palabras alusivas: 

"Queremos festejar que la MAK logró colocar por primera vez un presidente, al amigo Federico Pinedo. Sin querer sacar conclusiones apresuradas, Scioli nunca vino a la MAK y no ganó, Pinedo vino y es presidente sin necesidad de ganar. 

No sabemos si cobrar mas por la asistencia o ponernos mas exigentes con quienes vienen.

Lo que no dudamos es que la parada intermedia en Pinedo es parte de la estrategia terapeutica de hervirnos lentamente. Estrategia que agradecemos. Los partos sin peridural, en especial cuando parimos a Mauricio, no cumplen con nuestro manual de procedimiento. Hacia cualquier lado, pero sin dolor es nuestro lema."


El lugar es el habitual, el ya legendario Salón Dorado Horacito Rodríguez Larreta del Círculo Salvavidas, ubicado en Cabello 3958, barrio carenciado de Palermo, a las 20:00.

Como la inflación es un invento de los medios se seguirá pagando una entrada única de $60, lo que dará opción a empanadas frozen (y tal vez más de una), vino de ferretería y gaseosa tibia a granel.

Quienes dispongan de recursos extra pese a 12 años de aumento de pobreza y gasto público, podrán negociar directamente con el Círculo Salvavidas el plato Súper De Luxe Primera Especial, como milanesa, pechuga, ensalada y demás manjares.

Por razones de seguridad nos vemos en la obligación de mantener el santo y seña: "¡Qué desmejorado que está Elbosnio!". Un gendarme enviado por Patio Bullrich lo exigirá en la entrada.

Foto: El General leyendo la primera Carta a la militancia de nuestro Maestro de Luz Elbosnio, justo antes de su pase a la clandestinidad.

(Cortesía Fundación Led para el Desarrollo de la Fundación Led).
 

Despedida de la Chica que nos gusta el 09/12 a las 18:00



No se iba a ir, iba a dar un autogolpe, iba por los fueros, iba a dejar un país en llamas. Finalmente se va dejando una controversia con Pallarols y una indignación de Novaresio.

Para compensar tanta expectativa incumplida, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Despedidas en la Plaza, (la ya legendaria SeDesPla por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice la despedida de la Chica que nos gusta el miércoles 9 de diciembre, en honor a San Cipriano, obispo cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

La concentración se llevará a cabo a las 18:00 hs en las escalinatas de la Catedral. Como siempre y por razones de seguridad se exigirá el santo y seña: "¡Qué desmejorado que está Elbosnio!"

Foto: Nuestro Maestro de Luz llegando a la Plaza, durante los ensayos de la despedida.