Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

La crónica de la semana (Del Trumperonismo a la Justicia Fabio Zerpa)


Columna publicada en Nueva Ciudad.

Terminamos otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Aunque, según varios economistas serios, los brotes verdes ya se estarían vislumbrando y podrían desarrollarse en el inminente tercer semestre.

Esta semana supimos, gracias a nuestro periodismo serio, que el triunfo de Donald Trump sería en realidad una victoria kirchnerista. Es más, según el ineludible Marcos Novaro, desapasionado analista del peronismo en general y el kirchnerismo en particular, el nuevo presidente de EEUU sería el pichón de Miguel Ángel Pichetto y de CFK e integraría junto a ellos una hasta ahora desconocida Internacional Peronista. Internacional que según otro analista desapasionado, Jorge Fernández Díaz, sería un “arrollador movimiento formado por demagogos y autoritarios, donde se anotan Maduro, Erdogan, Marine Le Pen” y, por supuesto, Vladimir Putin. Nos preocupa la ausencia de Kim Jong-un, líder supremo del peronismo norcoreano, pero imaginamos que se debe a una distracción del conocido periodista.

Que Donald Trump, quien con un discurso antipolítico promete bajar los impuestos, eliminar regulaciones estatales, terminar con el Obamacare y expulsar a los inmigrantes, sea el pichón de quién aumentó la presión fiscal a niveles escandalosos, generó regulaciones estatales que ahuyentan inversiones, destruyó la cultura del trabajo con la AUH y llenó nuestros hospitales de extranjeros, puede parecer asombroso. Ocurre que nuestros valientes analistas políticos no temen enfrentarse a ninguna dictadura, empezando por la de la lógica.

Eso pasa también con otros periodistas serios como Jorge Lanata, que hace unas semanas denunciaba junto a Maximiliano Montenegro la invasión de colombianos en nuestras facultades y hoy lamenta la expulsión de mexicanos por parte de Trump, a quién, también, ve parecido a CFK. La lógica contorsionista es pandémica.

Al parecer, el kirchnerismo, hasta no hace mucho oriundo del marxismo, chavista, nazi, estalinista, menemista e incluso afín al terrorismo islamista, ahora también sería como Donald Trump. El kirchnerismo es El Aleph.

En estos días también supimos que nuestra Justicia Fabio Zerpa confirmó el procesamiento de CFK por la causa del dólar futuro. Que una decisión de política económica sea judicializada puede parecer insólito, pero que la Cámara Federal tome como referencia el “dólar Blue”, es decir, un delito tipificado como tal por la ley penal cambiaria (ley 19.359) es algo realmente asombroso, aún para los estándares generosos de nuestra justicia federal. En todo caso, no quisiéramos estar en los zapatos de Macri, Cabrera, Sturzenegger o el propio juez Bonadío. Si establecer la operación del dólar futuro constituye un delito, no queremos ni pensar lo que significará haber tomado la decisión de devaluar, fijar el valor del dólar y por último, pagarle a los beneficiarios, incluyendo a miembros del propio gobierno. Dura lex, sed lex.

También supimos que una nueva denuncia complica a CFK: su tatarabuelo podría haber estado involucrado en el escándalo del canal de Panamá, en 1888. El fiscal Marijuan ya habría empezado a excavar el canal, escoltado por nuestro embajador Miguel Del Sel. Para pensar.

Por último, leímos que la asociación de juristas radicales “La Carlos Nino” festejó los primeros 300 días de prisión preventiva de Milagro Sala con una mesa redonda sobre “presunción de inocencia y otros abusos del derecho”. Por su parte, Gerardo I, emperador de Jujuy, mariscal del Altiplano, protector de la Justicia y azote de Dios se habría comprometido a acuñar una moneda conmemorativa con la ya famosa frase "No voy a liberar a esa señora”. Como prueba de buena voluntad y con el auspicio del ministerio de Trabajo de la Nación, Su Alteza ofreció a los miembros de la Tupac Amaru puestos de trabajo en el Ingenio Ledesma bajo la relanzada modalidad del yanaconazgo.

Todo lo que quieran, pero ya no le tenemos miedo al censista.


Foto: Benito Mussolini, líder kirchnerista, conversa con el líder kirchnerista Adolf Hitler durante un desfile de la Internacional Peronista (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).
 

La crónica de la semana (del voto electrónico al partido de la bronca)


Columna publicada en Nueva Ciudad.


Terminamos otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Aunque, según varios economistas serios, terminaremos el año con una inflación menor a la del 2015, lo que transformaría a las anoréxicas paritarias de este año en grandes éxitos para el poder adquisitivo de los trabajadores. Como ocurre con la curación por las gemas, es sólo cuestión de creer.

Esta semana, la Cámara de Diputados dio media sanción al voto electrónico, una extraña solución en busca de un problema. Para limitar el riesgo de fraude llevado a cabo de forma rudimentaria por punteros dispersos en el territorio, la solución sería concentrar ese riesgo en una sola empresa privada que nadie controla y cuyos accionistas desconocemos. Y, sobre todo, que ofrece un sistema vulnerable, como quedó demostrado en las elecciones a Jefe de Gobierno porteño del 2015, cuando se implementó la boleta única electrónica. La del voto electrónico es una extraña modernidad que la modernidad rechaza o simplemente ignora. Holanda dejó de usarlo en 2008, Alemania lo declaró inconstitucional en 2009 y en Brasil, el secreto de las urnas fue vulnerado por expertos en seguridad informática. Pero, como bien explicó el ineludible diputado Pablo Tonelli, el nuestro será un sistema infalible, así que no hay de qué preocuparnos. Google, Yahoo e incluso Twitter, víctimas de hackeos recientes, deberían aprender de nuestra infalibilidad.

La paradoja de esta historia es que el voto electrónico sí se utiliza en Venezuela, no sin sospechas de fraude. El kirchnerismo nos llevaba a ser Venezuela; Cambiemos, al parecer, lo conseguirá.

Inspirada por una pasión que no cesa, Margarita Stolbizer anunció que busca representar “la bronca contra CFK”, es decir que sin asumirse como oficialista propone representar a quienes estén enojados con la oposición, una tarea que no parece simple. En todo caso, es un dato alentador para los simpatizantes de la ex presidenta: tomando en cuenta el caudal de votos subtrotsko obtenido por Stolbizer en las elecciones del año pasado (2,51%), la bronca hacia CFK no sería mucha. Luego de haber firmado junto a Cambiemos y el Frente Renovador el dictamen para desplazar a la procuradora Gils Carbó -y apenas la Mentalista Carrió manifestó su disconformidad- la flamante titular del partido de la bronca selectiva denunció la maniobra explicando que “lo peor del macrismo es cuando hace kirchnerismo”. Tal vez la misión del stolbicismo sea esa: ayudar junto al massismo a que el macrismo haga kirchnerismo para poder seguir denunciando al kirchnerismo. Los caminos de la bronca selectiva son como los designios del Señor, inescrutables.

Al parecer, la procuradora no sería lo suficientemente independiente del gobierno y por eso intentan desplazarla. Tal vez el presidente Mauricio Macri busque a alguien realmente independiente como Martín Ocampo, actual ministro de Justicia de la CABA, quien fuera jefe de los fiscales de la CABA luego de ser abogado de Daniel Angelici, padrino de su hijo y ex legislador del PRO. “Cuando busco un padrino para mi hijo o un jefe de fiscales para Mauricio, siempre elijo a alguien bien independiente”, habría explicado el conocido dirigente boquense y operador judicial del presidente.

Esta semana salieron a la luz algunas escuchas del incansable fiscal excavador Guillermo Marijuanque pondrían en duda su imparcialidad hacia CFK. Pero, gracias a los medios serios, supimos que así como la escucha ilegal a un kirchnerista es un "testimonio invaluable” (como la del canciller Héctor Timerman, cuya legitimidad era tal que podía justificar el relanzamiento de la denuncia de Nisman), una escucha ilegal realizada a un antikirchnerista es una "invasión a la privacidad”, por lo que deberíamos descartar la de Marijuan. Las escuchas son como el colesterol, las hay buenas y las hay francamente malas.

En estos días también supimos, gracias a nuestro presidente, que "hoy Aerolíneas Argentinas nos cuesta dos jardines de infantes por semana”. Es extraño, no recuerdo que el Estado construyera esos dos jardines por semana cuando no gastábamos esa plata en la línea de bandera. Pero lo más asombroso es que el presidente no nos diga cuantos jardines se podrían construir con erogaciones mucho mayores, como las retenciones que el Estado dejó de percibir o los miles de millones de dólares que la Argentina le pagó a los Fondos Buitre. Ocurre que hay decisiones que se miden en jardines o AUH (como Fútbol Para Todos, por ejemplo) y otras que son tan beneficiosas que no requieren medida alguna.

Por último, leímos que el presidente enviará un proyecto para limitar los juicios laborales. Tiene razón, hay que terminar con la industria de los que se dejan cortar un brazo o una pierna para luego vivir como reyes o, mejor, como presos o planeros. Además, como lo sabe cualquier economista serio, reducir los sueldos y limitar la protección a los trabajadores como en Burundi es la forma más rápida de conseguir inversiones como en Alemania.

Todo lo que quieran, pero ya no le tenemos miedo al censista.


Foto: nativos congoleses experimentando las ventajas del trabajo en equipo y los salarios bajos para incentivar el desarrollo (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED)