Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

Premios Luis a los Mejores Arrumacos Macristas 2016


Tal como lo sospechamos el año pasado, la revolución de la alegría, además de sincerar tarifas y sueldos, ha terminado con los queridos Premios Ernesto a las Mejores Indignaciones de Peluquería. En efecto, el fin del pensamiento crítico preconizado por Ale Rozitchner, dejó atrás esa viaje costumbre de indignarnos y permitió la llegada del benéfico entusiasmo, que unirá a todos los argentinos. Al menos a los entusiasmados. 

Consciente de ese cambio, la MAK ha decidido lanzar los Premios Luis a los Mejores Arrumacos Macristas 2016, una recompensa que nos parece justa pero sobre todo necesaria frente a tanto ahínco oficialista no reconocido. 

El nombre de los premios fue elegido en honor al ineludible Luis Majul, quién hace un año comparó a Mauricio Macri con Nelson Mandela, colocando la barra muy alta.

Marcos Aguinis, otro entusiasta independiente, no se dejó amedrentar y explicó que Macri es “una suerte de Konrad Adenauer que debe sacar su país de la ruina”.

Fernández Díaz, otro apasionado periodista independiente, nos explicó que los únicos amigos del presidente "están dentro del 32% al que no le alcanza para comer" (una información que nos devastó, no sabíamos que Caputo, Lopetegui o Aranguren conocieran esa terrible penuria).

Alfredo Leuco, otro analista objetivo, no quiso quedarse atrás en este año prolífico en arrumacos y lanzó perlas como: "Salieron de la locura del cepo sin que la Argentina entrara en un manicomio".

A pedido del público, y en paralelo a los Premios Luis, lanzamos otras dos condecoraciones: 

Los Premios Hiro Onoda (en honor al soldado japonés perdido en una isla del Pacífico que continuó luchando 30 años después de terminada la II Guerra Mundial) a los periodistas que todavía no se enteraron que gobierna Macri y siguen denunciando a CFK. Nico Wiñazki, Alfredo Leuco y el propio Luis Majul podrían ser candidatos a todas las ternas. 

Los Premios Fabio Zerpa al periodismo creativo, en los cuales Silvia Mercado, vieja amiga de la casa, podría llevarse algún galardón con noticias como la que anunció cuando Hebe Bonafini no se presentó a declarar ante el juez Martínez de Giorgi: "Con todo cariño les cuento que Hebe no piensa declarar en ningún lado y lugar. Ayer estuvo rodeada de agentes cubanos y venezolanos." Según algunos expertos consultados por la MAK, podría tratarse del ubicuo comando venezolano-iraní con formación en Cuba Libre.

Como la MAK es un espacio participativo, horizontal y participativo, proponemos, como ya es costumbre, que la terna de candidatos sea conformada también por nuestros lectores. 

Esperamos sus propuestas.

Foto: En el Centro de Cómputos Néstor Carlos Kirchner, una joven asistente prepara los equipos para el procesamiento de los datos referidos a los diferentes premios (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED).
 

La crónica de la semana (de los riesgos del pensamiento crítico al vulcano asesino)



Columna publicada en Nueva Ciudad.

Terminamos otra semana trepidante en la que no tuvimos noticias de la lluvia de inversiones pero tampoco de la Pobreza Cero; es decir, una de cal y otra de arena. Aunque sabemos, gracias a nuestros economistas serios, que los futuros venturosos requieren de presentes calamitosos, así que no perdemos el optimismo.

Por otro lado, como explicó nuestra Vicepresidenta, “gobernar bien implica tomar medidas antipopulares”. Y en ese sentido, este gobierno viene gobernando muy bien, casi podríamos decir que lo hace cada día mejor.

En estos días supimos, esta vez gracias a nuestro Jefe de Gabinete, que "el pensamiento crítico nos aleja de la verdad”. Es una idea novedosa que tira por la borda 2.500 años de pensamiento occidental y nos enseña que Sócrates fue, al fin y al cabo, un sofista.

Luego de poner en duda el legado de la filosofía clásica, Marcos Peña denunció que “Sergio Massa es la persona menos confiable del sistema político argentino”, por votar el proyecto de modificación del impuesto a las Ganancias. Entendemos el fastidio del Jefe de Gabinete: que la oposición busque imponerle al Presidente, aún parcialmente, sus propias promesas de campaña es un gesto demagógico y poco serio.

Varios funcionarios y periodistas serios (dos profesiones que hoy cuesta diferenciar) se preguntaron como se compensaría la merma de ingresos fiscales generada por la modificación del impuesto. Saludamos esta novedosa preocupación fiscal pese a que nos hubiera gustado que apareciera antes, en el momento de decidir la eliminación de retenciones, por ejemplo, o la devaluación que disparó el dólar futuro o el pago a los holdouts; pero, como decía el general Alais: “más vale tarde que nunca”.

Luego de la media sanción del proyecto en la Cámara de Diputados, el gobierno logró ganar tiempo en el Senado presionando a los gobernadores. El látigo que en manos de CFK era una calamidad resultó ser un instrumento legítimo en manos de Macri. Al parecer, los látigos también son como el colesterol: los hay buenos y los hay francamente malos.

En todo caso, Macri prometió eliminar el impuesto a las Ganancias y no lo hizo pero prometió no devaluar y sí lo hizo. Vemos ahí la voluntad de equilibrar las promesas de campaña.

Pero no todas fueron malas noticias. El nuevo presidente del Conicet, Alejandro Ceccatto, explicó que un montón de plata de investigación se va en sueldos de investigadores, algo realmente inesperado, y concluyó que: “En un país que reconoce tener un 30% de pobres, debemos entender que estamos hablando no de un recorte sino de crecer a tasas menores de las que veníamos creciendo, que eran anormales para cualquier sistema científico del mundo”. Es una noticia realmente alentadora ya que, como cualquier economista serio lo sabe, de la pobreza se sale invirtiendo menos en investigación. Así, el día que no tengamos un sólo investigador, tendremos el PBI per capita de Noruega, aunque tal vez nunca lleguemos a saberlo ya que no tendremos investigadores para calcularlo.

Luego de la “Justicia a la Carta” de su alteza Gerardo I, emperador de Jujuy, Mariscal del Altiplano, Defensor de la Justicia y Azote de Dios, y de la “Justicia por Sospecha” que explicó nuestro Presidente en conferencia de prensa, llega la “Justicia por Consulta Popular”, una notable propuesta del massismo jujeño.

Se trata de la “CONVOCATORIA A CONSULTA POPULAR POR LA CONTINUIDAD DEL PROCESO JUDICIAL EN PRISIÓN PREVENTIVA DE LA SEÑORA MILAGRO SALA” (SIC), que incluye una pregunta que al parecer escribió Diego Capusotto: “¿Usted cree que Milagro Sala, libre, amenazará testigos, entorpecerá e impedirá que la Justicia la investigue por hechos de corrupción?”

Podríamos aprovechar y definir a través de una aplicación para celulares el castigo que se merece Milagro Sala e incluso determinar el delito que más nos guste.

Por último y como cada vez que no hay buenas noticias para anunciar, volvió el caso Nisman. Según la ex esposa del fiscal, la jueza Arroyo Salgado, “nuestros peritos de parte han determinado que Nisman fue asesinado”. Es una noticia fuerte, sólo falta que convenzan a los peritos oficiales y al juez. Pero lo más importante fue la nueva teoría aportada por la ministra Bullrich luego de mirar una serie por televisión: el comando venezolano-iraní con formación en Cuba Libre podría haber asesinado al fiscal con la ayuda de un piolín aportado por la mafia rusa. ("Una persona tira un piolín y lo hace suicidar”).

Tuvimos suerte que la serie no fuera Viaje a las Estrellas: en ese caso la ministra afirmaría que al fiscal lo asesinó un vulcano teletransportado desde el espacio.

Todo lo que quieran, pero ya no le tenemos miedo al censista.

Foto: un científico vulcano analizando un piolín ruso en una pipeta (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED).
 

De denunciantes moralistas a operadores pragmáticos


Columna publicada en Nueva Ciudad.

Esta semana, a través de una columna asombrosa -aún para los estándares a los que nos tiene habituados- Joaquín Morales Solá se refirió a la encrucijada en la que se colocó el Gobierno con la detención de Milagro Sala. Allí explicó que "el delito está probado, pero no quién lo cometió”. El periodista que, desde hace un año y con puntualidad helvética, nos informa sobre la muerte política de CFK, detalla el enorme poder que esa líder difunta mantendría sobre varios organismos internacionales y sobre los otros estados miembros del Mercosur: “el cristinismo” dominaría al Secretario General de la OEA, a la CIDH y también al Parlasur aunque (todo no se puede) todavía no controlaría a Human Rights Watch

Pero lo asombroso no es ese generoso despliegue de lógica contorsionista, un hábito frecuente entre nuestros periodistas serios, sino el artículo en sí: más que una columna de opinión parece un pragmático memo interno destinado al presidente Mauricio Macri. El texto, luego de detallar los argumentos jurídicos que obligan al Estado argentino a acatar las exigencias de los diferentes organismos internacionales, concluye pidiendo que liberen a Milagro Sala. Pero no lo hace porque su prisión preventiva sea “arbitraria”, como señala el jurista Roberto Gargarella, citado en la nota, sino "para no convertirla en mártir”. Para el periodista, el episodio de la prisión preventiva de Milagro Sala que enfrenta a la Argentina con varios organismos internacionales y no gubernamentales “debería terminar con soluciones realistas.”

Recordé la furia del mismo periodista cuando el año pasado, en plena campaña electoral, salieron a la luz los contratos que la empresa de Fernando Niembro, candidato a diputado por el PRO, había tenido con el gobierno de la Ciudad. Morales Solá no fue el único periodista furioso en aquel momento: como escribí en esta misma columna, Lanata le pidió a Macri que "eche" a Niembro por la misma razón, González Oro trató de "hijos de puta" a sus contactos en el PRO por no querer darle una entrevista sobre esas contrataciones y el siempre mesurado Marcelo Longobardi pidió que "devuelvan la guita mientras se discute qué pasó con los 20 millones de pesos”.

Lo notable es que, si con esos contratos Niembro cometió un acto que justificara su renuncia, los mismos periodistas deberían haber exigido también el apartamiento de la contraparte necesaria: los funcionarios que los firmaron y le pagaron al renunciado. Es más, su responsabilidad sería mucho mayor que la de su contratista polirrubro preferido. Pero eso nunca ocurrió, el interés por el tema se desvaneció a partir de la renuncia del comentarista y ninguno de esos periodistas serios volvió a hablar de esos sospechosos contratos ni de quien los negoció.

Ocurre que la furia no tenía relación con la sospecha de un supuesto ilícito sino con el costo que su denuncia le estaba generando a la campaña de Cambiemos. Como Morales Solá frente al conflicto creciente impulsado por la prisión preventiva de Milagro Sala, Lanata y Longobardi actuaron como asesores políticos de Cambiemos, exigiendo que los responsables de la campaña se deshicieran del lastre que representaba Niembro. Hoy ocurre algo similar: la preocupación que con absoluta honestidad manifiesta Morales Solá nada tiene que ver con el respeto hacia las instituciones, los tratados internacionales o el elemental principio de presunción de inocencia o, aún menos, con esos absolutos morales con los que él y aquellos mismos periodistas serios nos agobiaron durante años. Se trata de manejar una crisis y evitar que se expanda.

Así, los medios pasaron de la denuncia moral al pragmatismo más desenfrenado. Al parecer, el problema no eran las formas rudas o las instituciones en peligro sino el proyecto político. 

¿Quién lo hubiera imaginado?

Foto: un periodista serio durante la lejana época kirchnerista, en la que todavía ese gremio se ocupaba de denunciar absolutos morales (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED).

 

Sobre depredadores y depredadas


Columna publicada en Nueva Ciudad

Hace un poco más de 70 años se estrenó Luz de gas, la obra maestra de George Cukor, protagonizada por Ingrid Bergman, Charles Boyer y Joseph Cotten, un film basado en un policial victoriano que el director llevó hacia el costado más psicológico de la historia.

La película comienza con el misterioso asesinato de una célebre cantante de ópera, la tía de la joven protagonista encarnada por Bergman. Ésta, afligida, huye de Londres a Italia en donde conoce a un pianista - el personaje interpretado por Charles Boyer- con quién se casa y decide volver a vivir a la casona propiedad de su difunta tía.

La relación entre ambos pasa del idilio inicial a una dependencia patológica. El personaje de Boyer la aísla “para protegerla”. Ciertas noches, ella incluso cree percibir que la luz de la casa disminuye (es luz de gas, de ahí el título del film), algo que su marido niega y que la convence de que ha entrado a transitar un camino de locura creciente.

Algunas dudas sobre la identidad del pianista y la llegada de un detective de Scotland Yard -caracterizado por Joseph Cotten- logran salvarla de las garras de su marido y, sobre todo, permite develar el misterio: Boyer asesinó a la tía cantante para robarle unas joyas que no pudo encontrar y planeó el viaje a Italia y el posterior casamiento con su sobrina para poder seguir buscándolas en la casona familiar. Esa búsqueda en el desván durante la noche, entre los infinitos vestidos y tocados de la diva, originaba la disminución de la luz en el resto de la casa y que su mujer percibía. El personaje de Ingrid Bergman no estaba loca: la enloquecían.

Recordé esa película al leer Colombia, un largo artículo de la escritora y guionista Carolina Aguirre, publicado en la revista de La Nación. En él, Aguirre relata la relación tortuosa que tuvo con su ex novio, quién la maltrataba y a quién, sin embargo, no lograba dejar (“lo dejo una vez por semana por lo menos”). El novio pasaba del maltrato a las apasionadas declaraciones de amor eterno, de la violencia a la dulzura. Como el personaje de Ingrid Bergman, Aguirre sentía que enloquecía (“¿Estaré loca? ¿Será verdad que lo estoy haciendo sufrir así?”). Incluso su analista, a quién imagino con la cara de Charles Boyer, le explicaba que el problema era ella.

Durante un viaje a Colombia (de ahí el título de la nota) ella intenta dejarlo y él la golpea con violencia. Gracias a la seguridad del hotel, Aguirre consigue irse y, al otro día, volver a su país y a su casa. De a poco, con la ayuda de un papá que da mucho sin saber demasiado, de amigos y de una ex pareja, logra pegar los pedazos rotos y hacer lo que mejor sabe: escribir sobre lo que pasó.

Hay datos importantes que ella señala: es una mujer independiente, con recursos y, además, una persona comprometida con la causa de la violencia de género. Es decir que, además de estar bien informada, no padecía un flagelo común entre las mujeres maltratadas: la dependencia económica hacia el maltratador que les impide huir. En un primer momento se culpa por haber tolerado esa relación para luego, con lucidez, aceptar que le puede pasar a cualquiera (“¿Por qué no a mí, si le pasa a todas? ¿Tengo coronita?”). Creo que ese es el punto esencial de la columna.

Mucha gente considera que esa clase de violencia es un problema íntimo, de “a dos”. Es decir que la mujer abusada tendría responsabilidad sobre la violencia que padece. Como si poner el cuerpo fuera lo mismo que poner el puño. Es una extraña opinión que no solemos tener frente a, por ejemplo, un robo o una estafa. No decimos que pasear con un reloj caro nos haga co-responsables de su eventual robo o que quién cayó en el cuento del tío, por más que estuviera bien informado al respecto, sea otra cosa que una víctima. Las mujeres que padecen abusos no suelen contar con esas elementales prerrogativas. Al parecer, si eligen a un depredador es "porque les gusta".

Ocurre que los depredadores no son sólo eso. Suelen ser, además, tipos encantadores, amables, en apariencia sensibles, que dicen lo que sus parejas o amantes quieren escuchar y que, además, suelen elegir a personas que pasan por momentos de debilidad para, como en Luz de gas, “protegerlas”. Quién elige a un depredador no elige estar en un ring, no todo el tiempo al menos. Elige también las flores regaladas, la falsa protección y las declaraciones de amor eterno que se matizan entre golpes y descalificaciones.

Hay un extraño veneno que abunda al opinar sobre estos casos y que consiste en culpabilizar a la víctima, para que, además de recibir golpes y vejaciones, deba maltratarse por haberlos aceptado. La realidad es que no hay ninguna equivalencia entre depredadores y depredadas. Antes de levantar el dedo, entonces, deberíamos recordar que nadie acepta vejaciones, sólo las padece.
 

Próxima Cena de la MAK el jueves 8 de diciembre de 2016


ACTUALIZACIÓN: La Gerencia de Invitados Ilustres nos confirma la venida del compañero Máximo, un lujo para esta última Cena de la MAK. 

Además, queremos aclarar que no habrá radio el jueves, sino hoy, miércoles

Preocupado por la lluvia de inversiones que podría ahogar los brotes verdes, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Guateques, Cachondeos y Cenas Show (la ya legendaria SeGuCachCe, por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice la próxima Gran Cena de la MAK el jueves 8 de diciembre, en honor San Teobaldo de Marliaco, abad cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

Para no quitarle público al lanzamiento de la Corriente Federal Kirchnerista de la Chica que nos Gusta, que se llevará a cabo en Ferro, decidimos pasar la cena al jueves. Además, al ser un día feriado, ese cambio nos permitirá calibrar el ahínco militante de nuestros comensales.

El Menú Alegría, consistente en empanadas frozen, vino de ferretería o gaseosa tibia, sigue a $100, apenas una centésima parte de la factura de gas o media pizza. En plata no es tanto.

Quien disponga de recursos extra podrá pedir directamente al Círculo Salvavidas el plato Súper De Luxe Primera Especial, como milanesa, pechuga, ensalada y demás manjares.

El lugar es el habitual, el ya legendario Salón Dorado Horacito Rodríguez Larreta del Círculo Salvavidas, ubicado en Cabello 3958, barrio carenciado de Palermo, a las 20:00.

Por razones de seguridad nos vemos en la obligación, hoy más que nunca, de mantener el santo y seña: "¡Qué desmejorado que está Elbosnio!". El secretario Milman y un mara lo exigirán a la entrada.

Foto: en los nuevos estudios de La Radio MAK, el General, en uniforme makista, lanza un llamado a la resistencia armada. O a la siesta, lo primero que ocurra (Cortesía Fundación Led para el Desarrollo de la Fundación Led).