Es un hábito inaugurado por Claudio Escribano unos días antes que asumiera Néstor y continuado por periodistas serios que nos anunciaron tanto el Fin de Ciklo como el Kirchnerimo Póstumo y que incluso se preguntaron
angelicalmente ¿Qué les Pasó?
Lo extraño es que quienes apoyamos este modelo ceaucesco-polpotiano de neoliberalismo chavista y nazi, también tenemos periódicamente esa sensación de fin de época. Salvo contadas excepciones, vivimos en la inminencia de un desastre terminal, transitando de incendio en incendio y caminando sobre brasas. Como explica nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, somos los obsesivos auditores del gobierno, y analizamos no sólo sus iniciativas, sino cada gesto, cada declaración, cada silencio o mirada de la cuarta línea de funcionarios para criticar impiadosamente lo que nos parece un error de novato, una imprudencia, un desafío inútil, un nuevo y terrible tiro en el pie.
Un amigo oficialista pidió que se termine "este año de mierda". No es el único en pensar que estamos contra las cuerdas o casi, en una situación de debilidad extrema. El gobierno debe cuidarse, evitar que el Cuervo Larroque trate de narcosocialistas a los socialistas narcos, no sobreactuar el 7D, ser firme frente al juez Griesa pero no injurioso, tener en cuenta a los caceroleros aunque no sus pedidos, comunicar pero evitar las cadenas nacionales...
Hace años, el amigo Fede Vazquez escribió que si el INDEK era el gran desastre del kirchnerismo, estábamos frente a una anomalía histórica ya que los ciclos políticos en la Argentina suelen terminarse con calamidades verdaderas, hiperinflaciones, desempleo masivo, estados de sitio y muertes. No con un IPC más o menos dibujado.
Ocurre algo parecido con nuestros temores. Terminamos por creer nuestras charlas indignadas sobre nano-errores oficiales, cometiendo el mismo error que Tony Montana: consumimos nuestro propio producto.
Luego de diez años de gobierno kirchnerista, dos crisis planetarias y un enfrentamiento frontal contra los empresarios del campo y los medios más concentrados, CFK mantiene su agenda como Alfonsín dejó de hacerlo a los tres años de mandato y como De la Rúa no pudo hacerlo ni en su primera semana de gobierno.
Este "año de mierda" fue el año de la expropiación de YPF, del plan de viviendas, de la reforma de la Carta Orgánica del Central, de la ley de Reforma del Mercado de Capitales, de la notable Ley de Identidad de Género y de la reducción de la edad para votar (pese a la ausencia de diputados opositores que aún estando a favor de la ley, prefirieron dar rienda suelta a su enojo de señoritas de internado antes que acrecentar los derechos de sus representados). También fue el año del voto de la ley de ART, proyecto criticable que demostró sin embargo la capacidad de negociación del FPV y su cintura política.
Algunas de estas iniciativas estaban incluidas en nuestra Agenda para el 2011-2015 (lo que prueba que el gobierno nos lee, como descubrió Lanata en su momento) y no está dicho que de acá el fin del mandato no vendrán otras más.
Creo que deberíamos festejar más y temer menos. La mayoría de los tiros en el pie no sólo son inevitables sino que, como escribimos hace un tiempo, sería un error focalizar en ellos para intentar evitarlos. Si Néstor hubiera pensado en la fragata Libertad, en los holdouts, en el juez Griesa y en tantos terribles dramas de hoy, tal vez hubiera dudado en llevar adelante la virtuosa negociación de la deuda. Y lo último que querríamos hoy es que dudara en aquel momento.
De lo que se trata, creo, es de seguir apoyando iniciativas virtuosas y de aplaudirlas, no de temer por sus inevitables efectos colaterales. La derrota digna no está en el ADN del kirchnerismo, gracias a Néstor que nos enseñó que: "A los ponchazos, con energúmenos o sin ellos, negociando o a los gritos, con jóvenes idealistas, técnicos serios o rosqueros patentados, con ortodoxia de almacenero y discurso regional, con Mario Ischii y Marcó del Pont, con Braga Menéndez y D´Elía, con La Matanza y con Brasilia, se puede."
Por eso, me gustaría que la próxima cena de la MAK el miércoles 12 de diciembre, en el ya legendario Círculo de Salvavidas, la dediquemos al entusiasmo y a la suerte de vivir estos años.
Un abrazo.
Imagen: En el último Congreso de Actualización Doctrinaria (el CAD por sus siglas en inglés), el General, responsable de nuestra Gerencia de Entusiasmos y Afines, muestra el "Make ´Em Laugh", nueva arma secreta destinada a combatir la apatía militante.