Ayer durante la
presentación de la Escuela de Gobierno del EDE, Gabriela Cerruti, otra de las chicas que nos gustan, habló del asesinato de Bin Laden y de las reacciones apasionadamente críticas que había generado en la Argentina. Lo destacó como algo inusual en el mundo.
Sin duda hay una gran cercanía con nuestra propia historia reciente. Las tareas de inteligencia fueron
desarrolladas a través de la tortura a
subversivos secuestrados en un centro clandestino apenas más amplio que la ESMA (Guantánamo). El comando que buscó a Bin Laden violó el espacio aéreo de un país independiente, allanó ilegalmente una vivienda, mató a sus habitantes, se llevó el cuerpo del sospechoso y lo tiró al mar.
Salvo que la CIA la hubiera subcontratada con el Tigre Acosta y Alfredo Astiz, no veo como la operación podría haber tenido mayor
color local.
Sin embargo, gran parte de los medios del mundo mundial se centraron en los estragos pasados causados por la víctima y su peligrosidad presente o en la complicidad de Pakistán, pero no en la ilegalidad de toda la operación que parece haber sido imaginada por nuestros
Padres Fundadores, como el general Bignone, un hombre tan alejado del Estado de Derecho como de la sintaxis (
“Si usted quiere que no le pongan una bomba en su casa, por más guardia que tenga igual se la van a poner. La única forma de evitarlo es matar al tipo que le va a poner la bomba antes de que la ponga”), o el general
Díaz Bessone (
“¿Cómo puede sacar información (a un detenido) si usted no lo aprieta, si usted no tortura?” “La única manera de acabar con una red terrorista es la inteligencia y los interrogatorios duros para sacarles información”).
Frente al aplauso de la derecha republicana, que festejó el éxito del
submarino (
waterboarding, textual) apoyado por Bush, en la
caza (hunt, textual nuevamente) de Bin Laden, la demócrata Dianne Feinstein, responsable del
Comité de Inteligencia del Senado explicó que
"nada de esto fue el resultado de métodos de interrogatorio duros." Por lo que podemos deducir que los demócratas están de acuerdo con Diaz Bessone, Bignone y los republicanos en cuanto a la legitimidad del terrorismo de Estado aunque, a diferencia de los republicanos, todavía se sienten incómodos con algunos términos.
Ya se les va a pasar.
Actualización: El director de la CIA, Leon Panetta,
explicó en una entrevista a NBC que en la búsqueda de Bin Laden se usaron muchas fuentes de información, incluyendo detenidos en Guantánamo:
“En este caso, las técnicas de interrogación coercitivas fueron empleadas contra algunos de estos detenidos. Y el debate sobre si podríamos haber obtenido la misma información a través de otros enfoques, creo que siempre va a ser una pregunta abierta”, indicó. Preguntado por si en esas “técnicas de interrogación coercitivas” se incluía la asfixia simulada, Panetta respondió: “Correcto.”Podemos entonces deducir que o bien los demócratas no miran NBC o bien que la ¨asfixia simulada¨ no les parece un ¨método de interrogatorio duro¨.
Habrá que ver, pero en todo caso es esperanzador que el director de la CIA considere que el uso de torturas durante los interrogatorios a sospechosos es todavía una pregunta abierta.
Actualización II: Recomiendo sobre el tema el
artículo de Matilde Sánchez, recomendado por el amigo
Turner.