Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

Así fue la Cena de la MAK del 6 de abril del 2016 (Marcó)




Preocupado por el desempleo como herramienta para reducir la pobreza, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Guateques, Bar Mitzvá y Estatuas Vivientes (la ya legendaria SeGuBarMiEsVi, por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice una Gran Cena de la MAK el miércoles 6 de abril, en honor al Beato Macario, abad cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

Cansados de ser ninguneada, nuestra Gerencia de Invitados Ilustres decidió esta vez invitar a Marcó del Pont explicándole que la MAK es un lugar serio. Pese a ya haber venido antes, Marcó lo creyó.

La cena se inició, como ya es costumbre, con el Orden del Día que estableció la imperiosa necesidad de contar con uno. Tuvimos que empezar explicando que esa noche no podríamos gozar de la ya legendaria Crónica de la Rosca Bonaerense del Inye, Nuestro Hombre en La Plata, ya que había sido capturado por un grupo de sus enloquecidas admiradoras al intentar subir a su auto.


Antes de darle la palabra a nuestro Maestro de Luz Elbosnio, expliqué nuestro asombro frente al escándalo de los Panama Papers y confesé que al principio nos había dolido ya que, como muchos, sabemos que lo relevante en un gobierno no son sus iniciativas políticas sino las sospechas de corrupción que los medios puedan tener sobre sus miembros. Pero luego entendimos que en realidad no se trata de sospechas de evasión sino de un combate épico de nuestros gobernantes contra la dictadura del fisco. Por eso, esa noche llevé una guayabera, para decir bien fuerte que todos somos Panamá y distribuir los carteles que nos hizo llegar la Oficina Anticorrupción con la inscripción #JeSuisPanama.

Nuestro Maestro de Luz, siempre severo, explicó que podemos reírnos de los Panama Papers, pero siempre que no pensemos que ese es el problema de hoy. “No me gusta apuntar los cañones al presidente, aún si se trata de Macri. Tenemos mucho que aprender sobre la velocidad y la falta de interés por las formas de estos cuatro meses. El drama no es la deshonestidad personal o las sociedades offshore sino la gigantesca transferencia en blanco que han hecho”.

Un compañero opinó que “las formas importan si no tenemos la prensa a favor”, a lo que el Maestro de Luz respondió subiéndose a la mesa y golpeando a su alrededor con sus tiradores: “Creo que los medios nos van a cagar a patadas igual. No hay que detenerse para hacer las cosas bien, hay que hacerlas.” Recomendó la lectura de un gran post en el que plantea una analogía entre cepo y polders: “Prat Gay inundó Holanda de 4 metros de agua argumentando que los polders cuestan plata y no son naturales.”


La rama femenina de la MAK no brilló esta vez, por la ausencia de su líder Mabel, la Prosecretaria Helenita y Lauravi. Para compensar tanta tristeza vino la luminosa Zablu y recibimos a la amiga Flora Alkorta, traída con artilugios, planes y prebendas por Las Pornógrafas y El padre del hijo (con buen tino dijo "todo muy rico" y escapó por una de las ventanas con una caja de vino de ferretería para desmalezar su jardín). También volvió la amiga Gladiadora, tras años de injusta ausencia y conocimos a Lily, amiga de la casa que hasta ahora había preferido evitarla (algo que entendemos perfectamente).

El gran Barban opinó por su lado que hay dos niveles de análisis sobre el tema de las offshore de Macri: “El primero es si Macri ha cometido un delito, es un tema judicial que deberá investigar la Justicia. El segundo nivel, más importante, es político: a Macri le preguntaría si como presidente le parece bien que los argentinos tengan empresas offshore.”

“Lamentablemente, a los periodistas que me consultaron el segundo nivel de análisis los aburría. Entonces tal vez tenemos que correr hacia donde va la gente y tácticamente, hablar de honestismo”, concluyó el George Clooney de la MAK. Nuestro Maestro de Luz, ya bajado de la mesa y con los tiradores colocados nuevamente aceptó a regañadientes, pero exigió que se especificara que es sólo tácticamente.

Fue en ese momento cuando el servicio de orden de la MAK tuvo que contener a los bárbaros, desatados frente a la llegada de Marcó del Pont, que logró el milagro de callar a nuestro Maestro de Luz.

Marcó empezó haciendo un poco de historia: “Néstor encaró en modelo de acumulación productiva en lugar del modelo de acumulación financiera de las tres décadas anteriores. El kirchnerismo fue a contrapelo del mundo neoliberal. Por ejemplo en 2004, a contrapelo del mundo, se restringe la entrada de capitales exigiendo encajes, se relanzan las paritarias y el Estado gana espaldas y espacios de soberanía. Nos bancamos 12 años de aprietes del capital financiero porque crecimos con el mercado interno.”

“A partir del 2011, tuvimos un serio problema de caída de dólares por caída del precio de las commodities, lo que nos obliga a tomar medidas, como el cepo. También salimos a buscar inversiones pero sin caída del salario real. En el 2015 crecimos un 2,1% gracias a las políticas anticíclicas de gasto público.”

“Se entregó un país con bajo desempleo, 2,1% de crecimiento y 5% de déficit (según datos oficiales), pero el modelo que viene es el de la valorización financiera. Es lo que ocurrió en el mundo, los Estados salvaron a los bancos, no a las familias. Los ricos son aún más ricos que antes de la crisis, como señala Stiglitz, lo que hoy genera riqueza es la valoración financiera.”

“La apuesta del gobierno es que van a llegar dólares pero no hay ninguna política para el desarrollo. Al contrario, se desmantelan proyectos de obra pública como el PROCREAR y se sueña con acuerdos de libre comercio que son el fin del desarrollo. La única varita mágica es achicar el gasto público, el antídoto del gobierno contra la inflación es la recesión. ”

Frente a algunos comentarios de compañeros que apuntaban a la imposibilidad del gobierno de no ver que sus políticas nos llevan al estallido, Marcó explicó que a su entender los gobiernos no se suicidan, aunque eso no signifique que no se puedan equivocar. “No hay que interpretar qué tienen en su cabecita”, opinó.

Aunque aclaró que a principios de los 90 desde FIDE, “decíamos con ecuaciones muy serias que la Convertibilidad no duraría un año, lo que me enseñó a ser prudente”, Marcó explicó que la economía tiene un enorme agujero de US$ 13.000, más los US$ 10.000 para pagar a los Fondos Buitre, sin contar lo que piden las provincias, “y eso no parece sustentable.”

“Las exportaciones no crecían porque el mundo no compra: hoy vende. Eso no va a cambiar con la devaluación”.


La persistente ausencia del amigo DaniInterrumpidor Oficial de la MAK y el silencio tenaz de Matías, su joven Padawan sumado a la ausencia del amigo Tom SlickAcotador Compulsivo de la MAK perturbó el correcto desarrollo de la charla de Marcó, al no ser interrumpida. Tampoco volaron sillas, como establece la tradición de las Flying Chairs pese a la presencia del amigo Contradicto y su ya legendaria melena a la Nino Bravo.

Para nuestro Maestro Elbosnio, “hay un mecanismo cultural que no logramos combatir en estos años: un comerciante aplaude los despidos y después protesta porque vende menos”.

Un compañero de Palermo concluyó que en realidad son todos unos hijos de puta (por un momento creí que se refería a los que habíamos elegido el vino de ferretería), a lo que Marcó contestó que no tiene sentido discutir sobre intenciones o maldad (¡la famosa doctrina del Intencionalismo!).

Ante una pregunta de la compañera Lily sobre “nuestros dirigentes que están en el Congreso y van en contra nuestra”, Marcó opinó que hay provincias muy complicadas en las que se frenó la obra pública. “Hay que entender las realidades y urgencias de cada uno en su territorio y buscar que vote con nosotros la próxima vez”.

“Los sindicatos se están moviendo y es un buen mecanismo de defensa, ahora hay que recuperar a los sectores que el kirchnerismo expulsó, ampliar la base de sustentación de este espacio”, siguió Marcó, “pero no veo al FPV con capacidad de capitalización del descontento.”

El amigo Mus, con autorización escrita de La Carancha para participar de la cena, opinó por su lado que "no alcanza con esperar a que Macri choque la calesita. Como dice Marcó, tenemos que revisar lo que hicimos. Como dijo Elbosnio, nos preocupamos de formas y no de fondo. Y Macri no va a chocar la calesita.”

Para nuestro Maestro de Luz, la de Bossio y el resto fue una traición necesaria, como la de Cobos: “si el FPV frenaba ese acuerdo, nos incendiaba la opinión pública.”

Marcó no estuvo de acuerdo con el maestro (hecho que no generó su inmediata expulsión del Círculo Salvavidas, una prueba más de nuestra creciente tibieza) ya que para ella el proyecto del FPV tenía posibilidades y mejoraba la posición de la Argentina. Sin embargo, para Elbosnio, es bueno a futuro que todos los generales no hayan firmado el acuerdo.

Antes de desconcentrarnos (eramos 3 personas según las estimaciones de Bracesco), el gran Barban opinó que la citación de Bonadio a la Chica que Nos Gusta era un test: no puede haber Martín García sin 17 de octubre, concluyó bajo el aplauso de los comensales enfervorizados (el miércoles 13 de abril unos cientos de miles de personas le dieron la respuesta…).

Foto: en las escalinatas del Círculo Salvavidas, Barban (con anteojos y pechera de la MAK) y nuestro Maestro de Luz escoltan a Marcó del Pont. Detrás, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: Nagus (con corbata negra), Safi, Matías, Zablu, Mus, Gerardo Yomal, el amigo BigoteCeciGladiadoraNiqueco, Flor Alkorta, Las Pornógrafas, el Padre del Hijo, Robi, Lily, Omar, Contradicto y miles de comensales más que se negaron a salir en la foto por temor a perder sus trabajos si Lombardi llegara a leer la MAK.

A mí por supuesto no me busquen. Sin recursos para mejorar el magro menú sería ilusorio que podamos pagar un fotógrafo profesional.

 

Próxima Gran Cena de la MAK miércoles 4 de mayo



Preocupado por que más holdouts busquen participar de la revolución de la alegría, nuestro Maestro de Luz Elbosnio, el Sri Sri Ravi Shankar del kirchnerismo de salón, dio curso a la Secretaría de Guateques, Casamientos y Velorios (la ya legendaria SeGuCaVel, por sus siglas en inglés) liderada por Nagus el Magnífico para que organice la próxima Gran Cena de la MAK el miércoles 4 de mayo, en honor a San Curcódomo, diácono cuya vida ejemplar lo iluminó en la suya.

La Gerencia de Invitados Ilustres convenció a nuestro ex vicepresidente Amado Boudou que la MAK es un lugar serio y logró asegurar su presencia (algo que sin duda lo complicará aún más) junto a Cecilia Rodríguez, ex ministra de Seguridad.

Conmovidos por los persistentes llamados del secretario Miguel "Tu tu tu" Braun seguimos con el mismo precio del menú Antonia, consistente en empanadas más o menos frías, vino de ferretería y gaseosa tibia. Todo eso por sólo $80, apenas una quinta parte de la factura de luz.

El lugar es el habitual, el ya legendario Salón Dorado Horacito Rodríguez Larreta del Círculo Salvavidas, ubicado en Cabello 3958, barrio carenciado de Palermo, a las 20:00.

Más allá del sinceramiento de las empanadas frozen, quienes no hayan sido echados de su trabajo a través de la novedosa TriacApp podrán negociar directamente con el Círculo Salvavidas el plato Súper De Luxe Primera Especial, como milanesa, pechuga, ensalada y demás manjares.

Por razones de seguridad nos vemos en la obligación, hoy más que nunca, de mantener el santo y seña: "¡Qué desmejorado que está Elbosnio!". El fiscal Marijuan lo controlará en la puerta junto a su retroescavadora.


Foto: en la última Universidad de Verano de la MAK, el General enseña a los nuevos reclutas a disparar con el FKL (fusil kirchnerista liviano, fabricado por el INVAP con la plata de los jubilados). 
Cortesía Fundación Led para el Desarrollo de la Fundación Led.
 

Sospechas de corrupción, kriptonita de la política


Nota publicada en Nueva Ciudad.



En mayo del 2010, Mauricio Macri fue procesado por la causa de las escuchas ilegales. Si el ex jefe de gobierno hubiera dado crédito a la oposición de aquel momento y a gran parte de los medios que exigieron la renuncia del por aquel entonces vicepresidente Amado Boudou –quien fue imputado y luego procesado por la causa Ciccone- debería haber renunciado en aquel momento. Esa renuncia habría impedido que los porteños lo reeligieran como Jefe de Gobierno en 2011 y que los argentinos lo votasen mayoritariamente para presidente en las últimas elecciones, lo que también hubiera impedido que asuma como finalmente lo hizo, unos días antes de que fuera sobreseído de aquella causa, luego de seis años de procesamiento judicial.

Contrariamente a lo que suelen creer los entusiastas de la Heidipolitik, el rechazo de Macri yBoudou a renunciar es una buena señal hacia la política electoral. Teniendo en cuenta los plazos generosos de las investigaciones judiciales en la Argentina, exigir que nuestros representantes renuncien a sus cargos electorales por estar procesados equivale a decretar su casi segura muerte política. Pero, sobre todo, significa otorgar un poder de veto a nuestros jueces, que pueden mantenerlos en ese limbo legal durante un tiempo indefinido.

Las investigaciones judiciales son, en realidad, la punta del iceberg de “la corrupción”, tema que desde hace casi 20 años forma parte de nuestras preocupaciones ciudadanas (como señalé en la columna anterior). La parte del león de esa preocupación no la constituyen las investigaciones, ni aún menos las sentencias, sino las “sospechas de corrupción”.

Más allá del escándalo de los Panamá Papers que provocó que, en unos pocos días y tras una notable pirueta discursiva, periodistas avezados en convertir rumores en certezas se transformasen en cultores de la prudencia, lo cierto es que las sospechas de corrupción siguen siendo la manera más eficaz con la que disponen los medios para presionar a nuestros gobernantes. Su poder reside en que no hay forma de evitarlas.

Imaginemos que, durante nuestra fiesta de casamiento, descubriéramos que el fotógrafo que contratamos nos detesta. Durante toda la fiesta intentaríamos mantener una cierta compostura para evitar ser escrachados, pero todos nuestros esfuerzos resultarían vanos: las fotos nos mostrarían bostezando, tosiendo sobre la torta, mirando el escote de una cuñada o metiéndonos un dedo en la nariz. Ocurre algo similar con las sospechas de corrupción: entre los miles de actos, iniciativas, compras u órdenes que un funcionario lleva a cabo durante sus funciones es estadísticamente imposible no encontrar algo sospechoso. Contrató a un pariente, o a un amigo de un pariente, compró una partida de guardapolvos a un proveedor sospechoso o no pagó un viaje en avión privado (como les ocurrió a Macri y a Boudou, con suerte judicial dispar).

Esta presión llega, incluso, a alimentar las investigaciones judiciales, como en el caso de la causa por el dólar futuro, en la que el juez Bonadío hizo manualidades con recortes de prensa y llegó a tomar declaración al economista Pablo Gerchunoff por un tweet irónico publicado sobre el tema, un hecho asombroso aún para los estándares amplios de nuestra Justicia Federal.

Es por eso que las sospechas de corrupción son la kriptonita que los medios tienen contra la política pero también contra el sistema judicial, dado que si los supuestos no se traducen en condenas, no solo el político es corrupto, la sombra también recae sobre el juez.

Por supuesto, no se trata de negar la corrupción en la función pública ni de abogar por algún tipo de impunidad, sino de intentar frenar el ruido de fondo de la sospecha eterna y, sobre todo, de quitarle esa kriptonita de las manos a los holdings de medios, quienes forman parte de la lucha política pero no conocen el desgaste electoral y se presentan sólo como un espectador más.

Retomando la analogía del casamiento, nuestros políticos deberían seguir adelante sin ocuparse de ese fotógrafo malintencionado y nosotros deberíamos aprender a valorar su gestión no en base a fotografías distorsionadas o sospechas eternas sino en función de los éxitos o fracasos de sus iniciativas políticas.

Foto: Superman descubre azorado una nueva denuncia de corrupción en su contra (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).
 

El truco del Estado corrupto como preludio a su desguace



Columna publicada en Nueva Ciudad.

“En la medida en que puedan disminuirse el poder económico y las prerrogativas del Estado, las perspectivas para el crecimiento, la eficiencia y el bienestar crecerán”.
Anne Krueger / 1974


En un texto publicado hace dos años, el politólogo Martín Astarita propone una tesis interesante: el paradigma del “Estado corrupto” como justificación de las reformas estructurales neoliberales: “El corolario lógico de esta concepción fue la instalación de un discurso anti-política, en el que la ética pasó a ocupar el lugar de la política, signo evidente de que en primer plano figuraba la conducta de funcionarios y dirigentes políticos quedando totalmente relegada la discusión sobre proyectos económicos y sociales alternativos al neoliberalismo. Esta visión era reforzada además por la impronta tecnocrática que se estimulaba en la administración pública, con el presupuesto de que los hacedores de políticas públicas debían ser “técnicos” libres de cualquier sesgo político”.

Aunque las denuncias de corrupción fueron una letanía persistente de la crítica conservadora contra los gobiernos populares, tal como lo señalaba Frondizi hace 50 años, su ingreso dentro de la agenda de las preocupaciones ciudadanas es reciente: correspondió al final de los 80. Paradójicamente fue Menem quién lanzó la primera cruzada contra la corrupción, calificándola ya en 1990 de “traición a la Patria”. Por supuesto esta visión conservadora sólo concibe como corrupción la que surge del sector público, dejando la del sector privado bajo el manto púdico de la búsqueda legítima de ganancias. Hace unos días, frente al escándalo de los Panama Papers, Marcos Aguinis explicó que confiaba en la honestidad de Macri ya que “siempre fue rico y no necesita dinero”. Al parecer Bernie Madoff o quienes fugan cada año miles de millones de dólares a los paraísos fiscales del mundo entero serían indigentes.

Se suele argumentar que la corrupción pública es más grave que la privada porque es “la plata de todos”. Es una explicación candorosa que presupone una muralla china imaginaria entre ambos sectores, vinculados en realidad por todo tipo de vasos comunicantes: las posiciones dominantes o los carteles (como el de las cementeras en la Argentina de los 90 o las farmacias hoy en Chile) se quedan con esas “plata de todos”.

Lo notable, como señala Astarita, es que las mismas razones morales que justificaron el desguace del Estado a principios del 90, fueron recalentadas por el gobierno de la Alianza al terminar esa década: la quiebra del Estado no se debía a los efectos nefastos de una política impulsada por el FMI y apoyada con pasión por los medios y las mayores empresas del país, sino al desenfreno de funcionarios públicos venales. La solución no era entonces política: se trataba de dejar de robar.

La oposición al kirchnerismo volvió a refritar el mismo plato: el drama de CFK no eran sus políticas sino su venalidad. El segundo paso, más complejo, fue asimilar las denuncias de corrupción al crecimiento de las prerrogativas del Estado durante la década kirchnerista. Como escribe Astarita sobre los 90, “en tal sentido, las reformas pro-mercado no eran necesarias solamente como un mandato económico sino también como un imperativo ético. Un extraño imperativo ético que en Italia desembocó en Silvio Berlusconi (el hijo monstruoso del Mani Pulite) y en la Argentina en Mauricio Macri, ambos empresarios que consolidaron sus fortunas a la sombra de un Estado amistoso, por llamarlo de alguna manera, y que apuntalaron sus carreras denunciando la corrupción de ese mismo Estado.

Terminar con “la fiesta” de las moratorias jubilatorias, los subsidios a los servicios públicos, el aumento del empleo público o los planes como Conectar Igualdad no tendría que ver con una cierta visión política sino con un mandato económico y sobre todo, con un imperativo ético.

El escándalo de los Panama Papers complica esa visión de Heidipolitik. Asistimos a una asombrosa pirueta discursiva, digna de un gimnasta rumano, que reemplaza la indignación moral y la exigencia de castigos inmediatos, por pedidos de mesura y explicaciones sobre la estricta legalidad de las sociedades offshore (imaginemos cual hubiera sido el debate si la sociedad offshore fuera de CFK y ella todavía fuera presidenta).

Lo relevante no es constatar una vez más que “el gobierno de los decentes” es una construcción imaginaria sino insistir con un hecho elemental pero hoy dejado de lado por los medios: que un jubilado sin aportes patronales deje de recibir una jubilación, que su nieto no reciba más una laptop del Estado o que ambos dejen de viajar en un tren subsidiado no es ni un mandato económico ni un imperativo ético, es simplemente una decisión política.

Foto: ciudadanos probos alertan a los más humildes sobre la corrupción inherente al sector público (cortesía Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).
 

MAKanalogía: CEPO HOLANDES.

El sistema de polders en los países bajos implica una necia pelea contra el equilibrio natural. Un Cepo al océano para hacerles creer a sus habitantes que el agua no tiene el nivel que tiene.

A esta nación de tulipaneros les cuesta millones de euros por año y mucho esfuerzo mantener un nivel artificial del agua. Lo que ademas implica subsidiar a miles de propietarios que abusan así utilizando terrenos costosísimos para su jardín, su esparcimiento y aún para almorzar en la hierba. Todo a costillas de sus vecinos de las zonas altas.

La corona naranja tolera alocar recursos monetarios y de ingeniería para mantener esta absurda e injusta estructura desde hace un milenio, sin que haya un solo juez que se anime a investigar y encarcelar a sus coronados.

Como dice el primo holandés de Melconian “Es insustentable! El nivel del océano sigue siendo de 4 m. más alto que el nivel oficial que rige dentro de los polders. Sólo lo hacen por incompetencia y para beneficiar a los amigos de la corona”, sin detenerse en la contradicción.

Efectivamente, a pesar de la plata que han malgastado tantos gobiernos populistas, ninguno logró bajar el nivel del océano. Apenas han logrado mantener, y a duras penas y con interrupciones, un nivel artificialmente bajo del agua adentro del cepo.

“La gente sabe que los gobiernos populistas se han beneficiado de un viento de cola, de un inusual periodo de mareas bajas. No están pensando en que pasará con Holanda cuando el mar crezca 5 metros más, o cuando no podamos mantener los polders en su lugar. No piensan en el largo plazo”, vocifera Aldred Van der Leuco, un famoso periodista independiente.

Los polders mantienen un intolerable nivel de incertidumbre sobre la población.
“Cuántos metros bajo el agua estará mi casa si los polders se eliminan?” se pregunta una anciana.
“Qué pasará con mi vida si se rompen los polders” es una preocupación que tortura a muchas madres, que viven con un miedo casi campanellistico.
El miedo al polder es un miedo que sólo se padece en Holanda y, quizás, en Venezuela o Cuba.

Estas tensiones  hacen insoportable la vida cotidiana, pero además afectan la predisposición a invertir a largo plazo. De hecho, no pocos economistas sostienen que las casas y fábricas ya se construyen considerando el nivel de agua en el océano. "Porque ese es el nivel real del agua, lo otro es una ficción fruto de un relato" aclaran.

El polder no solo es un subsidio inmoral hacia los choripaneros de las tierras bajas, sino que además consume obscenas cantidades de energía que podrían utilizarse para otros destinos. Es un malgasto de energía para sostener algo que de todos modos es insostenible a largo plazo.
"Quien quiera tener una casa o una plaza a 4 metros bajo el nivel del agua, que pague su propio polder. Es injusto que se lo paguemos todos" se escucha decir a los vecinos indignados.

Como afirma Van der Leuco con tino: “Los países serios no tienen 30% de su tierra bajo el nivel del agua. Por algo afuera nos llaman con sorna países bajos”.

Aún más allá de los economistas, las demás personas a quienes sí les importa la vida humana, no pueden olvidar que la adicción a los polders ocasiona miles de muertos. Al mantener artificialmente bajo el nivel del agua, cuando el agua recupera su nivel natural lo hace ocasionando un destrozo de proporciones bíblicas. Como fue el caso en 1953. Crimen que aún hoy ha quedado impune.
Porqué la corrupción mata, también en Holanda. "Los polders no aguantaron el agua en 1953, porque la corrupción se robó un metro de polder", habría dicho Lilita la pitonisa de Hamelin, si hubiese ocurrido hoy y si Hamelin hubiese quedado en Holanda.
Deficiencia geográfica y temporal, que nos privó de verla con la leyenda SOY UN POLDER en su remera. Otra desgracia de un mundo injusto.

Es raro que una monarquía engalanada con una reina argentina no haya tenido la bendición de un Mauricio Macri.
Alguien que resuelva de una vez y para siempre la larga lista de problemas que surgen de este cepo oceánico.
Alguien que libere al reino, con la templanza que se requiere, de todas las trabas que ocasionan los polders y deje que las aguas recuperen su nivel natural. Algo así como "Sincerar el nivel de agua". Dejar que el dios mercado ó Poseidon regule su nivel y terminar la fiesta de las tierras secas.

Aceptando un nivel de agua 4 metros por encima del actual, el gobierno podría dejar de desviar dineros para el mantenimiento de los polders y eliminaría la incertidumbre que los ensombrece desde hace siglos. A la pregunta "Dónde estaría el agua si se acaban los polders?" podrían por fin contestarla fácilmente. Todos lo sabrían porqué el agua se los marcaría.
Como dijo un ministro, medido en agua, 4 metros es poco.

Una vez que cada terreno hubiese recuperado el nivel de agua que le corresponde, se acabaría la incertidumbre; las inversiones tendrían mayores certezas sobre su futuro; el nivel de gastos en mantenimiento bajaría enormemente liberando recursos para otras cosas, como devolver impuestos a los contribuyentes.
Sin el subsidio de agua, cada sector se dedicaría a trabajar donde realmente agregase valor.

Oscar Wilde decía que la única manera de liberarse de una tentación es cediendo a ella.
Parafraseándolo, Mauricio nos explica que la única manera de resolver los problemas de tener un cepo es eliminándolo.



(*) En la foto vemos el campo del empresario Van Der Baez, gran beneficiado por la política de polders de amigos.
 

Pluralismo y colesterol




Columna publicada en Nueva Ciudad.

El Gobierno Nacional decidió que la Argentina se retire de la empresa que controla la cadena televisiva Telesur. La señal no se incluirá en la grilla de la televisión digital pública y ya no será obligatoria para el resto de los operadores de cable.

Más allá de que la decisión es coherente con la enemistad política del Gobierno argentino hacia su par venezolano, es interesante analizar las razones invocadas.

El ministro Hernán Lombardi señaló que esta decisión “va en línea con lo que nos hemos propuesto para los medios públicos en términos de pluralismo y austeridad". Creo que podemos obviar la referencia a la austeridad ya que un gobierno que puso fin a “la guerra del Estado contra los medios”no dejaría que un gasto -al fin y al cabo menor- atente contra la pluralidad de esos mismos medios.

El tema central es, justamente, qué entiende o, más bien, qué entendemos por pluralismo. Existe una idea tenaz que considera que se lo consigue con “medios plurales”, donde cada señal periodística debe ser una especie de Biblioteca de Babel en la que convergen todas las líneas editoriales posibles, aún siendo contradictorias. Con esta lógica, cada columnista debería estar acompañado por otro que refute sus opiniones, aunque éste también debería tener a otro que refute su refutación, formando una cadena infinita de refutadores. Los temas a analizar también tenderían a infinito, ya que deberían incluir no sólo los que elijan los editores sino también, y sobre todo, aquellos que no. Así, bastaría que una línea editorial o una opinión no sea defendida por una señal para que el pluralismo de ese medio se deshaga como nieve al sol y su continuidad sea puesta en duda.

No se me ocurre qué señal podría pasar un filtro tan exigente. Por supuesto, no Telesur, poco objetiva y demasiado bolivariana, aunque tampoco la conservadora Fox News, una cadena “destructiva” según Barack Obama, ni TN, señal claramente opositora al gobierno de CFK. Tampoco las señales del grupo Mediaset, eficaz herramienta de las ambiciones políticas de su dueño Silvio Berlusconi ni, qué duda cabe, RT, el canal internacional de la Federación Rusa.

El pluralismo de los medios públicos lleva implícito otro dilema: ¿quién controlaría la pluralidad de los contenidos de cada señal?, ¿el ministro Lombardi?, ¿una comisión de sabios?

En realidad, la pluralidad no se obtiene con imaginarias “señales plurales” sino con la mayor cantidad posible de medios “no necesariamente plurales”, así como la diversidad del círculo cromático se logra sumando colores diferentes, no exigiendo que cada color deba incluir al resto.

Y esa diversidad se define en la oferta total de medios, donde a los privados se sume la participación activa del sector público, quien debe asegurar la oferta que el mercado no detecta (aunque la noción de éste sea relativa, dado que los holdings de comunicación tienen intereses que van más allá de su audiencia, pero ese es un tema para otra columna). Por eso no deja de ser paradójico que un gobierno que busca ampliar la pluralidad de los medios de comunicación empiece por disminuir su oferta.

O tal vez, su concepto de pluralismo sea como el colesterol: lo hay bueno y lo hay decididamente malo.


Foto: Hernán Lombardi, presidente del Comité de Actividades Antiargentinas, explica cómo se amplía el pluralismo a partir de la disminución de señales (gentileza Fundación LED para el Desarrollo de la Fundación LED).