Grupo de autoayuda para quienes padecen ciertas molestias ante
comentarios Anti-K, o incluso descubren alguna tolerancia al peronismo.

La Venganza de Oesterheld














Este poster de Nestor vestido de Eternauta es fascinante.

Es como la venganza final de su creador, Oesterheld, desaparecido al igual que sus cuatro hijas, dos de sus yernos y dos de sus nietos durante la dictadura.

El "Nestornauta" terminó metiendo en cana a Videla, Massera y el resto de esa escoria, y él mismo ganándose la gloria.

Creo que ambos podrán descansar en paz

 

Con K, de SUDOKU

El kirchnerismo es un sudoku.
Puede parecer imposible de resolver, pero no dudo que el Gran Joaquin y el Reflexivo Rosendo logren hacerlo.
Solo me intriga conocer como sera la solucion.

- K era un dictador hegemonico, con tendencia a la tirania pero que perdia elecciones en todos lados y su inevitable fin por las urnas estaba al alcance de la mano.
- Dominaba la prensa libre usando el terror y la caja, pero los medios de mayor rating solo hablaban mal de el. Medios que han sido permeables al terror y la caja en otras ocasiones.
- Con la caja garantizaba fidelidad, pero se le escapaban los tenientes a la oposicion cada dos por tres. Lo traiciona el vice actual y estaba por pasar quien fue su vice.
- Estaba aislado del mundo pero vienen los presidentes de la region, todos con mucho prestigio local y regional, a despedirlo, fuera de protocolo y llorando como chicos.
- Era un conocido mafioso violento y sin prestigio pero Lula, el estadista, suspende su acto de cierre de campana para venir a asociar su propia imagen y la de su candidata con el.
- Era un tipo sin apoyo, ya de salida, y en su velorio desfila una cantidad inmedible de gente, de todas las clases sociales a despedirlo y a apoyar a su viuda y presidente.
- El pais esta harto de la crispacion y del conflicto, pero la mayoria de los que desfilan le piden a su viuda que no afloje, que avance, que siga. El segundo cantico despues de vitorearlo a Kirchner era "andate cobos".

Ante una larga sucesion de puntos alineados algunos simples de espiritu vemos una recta. Los iluminados descubren, algo oculta detras del velo de las apariencias, una curva de helice elicoidal inversa de 3er grado de paso infinitamente corto con algun comportamiento epileptico. A medida que aparece otro punto alineado mas, la explicacion elicoidal incorpora otra condicion aun mas bizarra, pero nunca renuncia a no ver una recta. Es humano. Es muy dificil revisar el andamiaje inicial, es mas facil forzarlo con modificaciones aunque lo hagan cada menos verosimil.

Asi Kirchner puede ser un dictador con intenciones de tirano, que por demagogia y falta de talento se somete, temporariamente, a las reglas democraticas.
A quien los derechos humanos le importan un comino, pero se dedica a ellos con pasion, se compromete con ellos, y reinstala a la argentina en la punta del mundo en el tema solo para obtener el apoyo politico que recibe gracias a este tema que de todos modos no le interesa a nadie.
Es un montonero zurdo y terrorista, pero que nunca milito porque solo quizo hacer guita en su tierra natal.
Se dedica a la politica solo por la plata, ya tiene miles de millones en suiza, pero no deja de militar para irse a bahamas o las vegas a gozar de sus millones como le recomiendan sus medicos.

Otra explicacion podria ser que es un politico democratico al que le interesan los DDHH y la politica para cambiar la realidad de sus conciudadanos y, de paso, ganarse un poco de gloria y reconocimiento para su ego.
Pero claro es la vision simple de quien, puesto frente a una serie de puntos alineados, ve solo una recta.
 

Un ápice

Hace 7 años que Broda aconseja a sus clientes que pierdan plata, con el sólido argumento del veranito y del dólar a 10. Hace 7 años que Morales Solá describe el fin del kirchnerismo y la llegada triunfal del salvador: el rabino Blumberg, el capitán Tarapow, el vicepresidente a cargo interinamente de la oposición, De Narváez, Macri, la mentalista de Gorlero, Pino Solanas, el novio de Luciana Salazar o cualquier otro funcionario a quién se le pida la renuncia. La efímera vida de cada nuevo mesias, que uno olvida mucho antes de lograr retener su nombre, no disminuye su pasión.

Es que Morales Solá, como Broda, busca modificar la realidad, no interpretarla. Les da igual que sus predicciones tengan la misma confiabilidad que las lluvias de fuego de Carrió o las crisis institucionales que Gil Lapiedra descubre cada semana, ya que su trabajo consiste en correr el dial. Y en mayor o menor medida, lo logran. Broda logra que sus clientes inviertan menos y Morales Solá logra dar la impresión de que realmente existe un candidato opositor instalado, aunque su cara cambie en cada nuevo programa de Grondona.

No es el caso de Ricardo Lopez Murphy, el solemne patán que creyó ser presidente durante toda una tapa de la revista Noticias. Forma parte de esa clase política argentina que descree de su propio poder y que no no sólo no busca modificar la realidad sino que tampoco está interesado en interpretarla. Pero a diferencia de Broda o Morales Solá, no quiere operar. Como San Pablo en el camino de Damasco, ha visto la luz y sabe lo que debe hacer, sin el fastidio de tener que comprobarlo. Ningún buen resultado político obtenido por fuera de su módico recetario puede modificar sus certezas casi soviéticas. Él sabe que lo que el enfermo necesita es quimioterapia. Si lo salvan con aspirina es que el médico es poco serio y si se muere con la quimio es que no se la hizo a tiempo o con la intensidad necesaria.

Lopez Murphy, el peor ministro de Defensa de la democracia, el efímero ministro de Economía que voló por el aire por sus propuestas suicidas que aceleraron la peor crisis de nuestra historia y también el político de raza que logró la proeza de perder las internas de su propio sello de goma, presentó sus condolencias al jefe de gabinete y creyó necesario aclarar que lo hacía ¨sin que esto modifique un ápice mis desacuerdos¨.

Un estadista.
 

Néstor

Es extraño recordar lo que era la política antes de Néstor.

Hoy estamos preocupados por la formas, por el decreto que debería haber sido una ley, por el enunciado poco claro de un artículo o por el no respeto a un reglamento olvidado. Gozamos de las ventajas de la letra chica, algo insólito en un país como el nuestro, generoso en catástrofes mayúsculas.

Nos damos el lujo de ser conservadores. Pedimos a nuestros gobernantes que vayan más despacio, que no redoblen la apuesta, que reflexionen, que ya está bien así.

La última vez que sentí algo parecido fue con el juicio a las juntas. Me hubiera conformado con mucho menos pero había un tipo obcecado, un crispado, que por suerte quería mucho más que yo. Luego vino la ley de divorcio, la última iniciativa progresista de un gobierno radical y después la noche menemista. Nunca más volví a sentir que la política podía cambiar algo en nuestras vidas. Debíamos limitarla a esa nada, a ese destino de ONG que, según lo que nos aseguraban tipos serios que habían hecho estudios superiores, era irremediable. Ya que de eso se trataba, de destinos irremediables.

La Alianza fue la culminación de esa condena. Fue una picadora de carne porque, a diferencia de Menem, algo esperábamos del Chacho o de Graciela. Pero Lopez Murphy nos explicó rápidamente que no era política, ni siquiera economía, sino aritmética. El discurso era el mismo pero reducido a su mínimo común denominador: no se puede. La Alianza fue además la perfección del sistema de representación. El gobierno defendía sus iniciativas no por creer que fueran buenas políticas, sino por considerar que eran buenas señales. No dependíamos de lo que hiciéramos sino de lo que otros comprendieran a nuestras pantomimas.

Y un día llegó Néstor. A la pantomima de las buenas señales prefirió la teatralización de la confrontación. Con un sistema rudimentario, de mesa chica, de enunciados grandilocuentes y segundas líneas anoréxicas, logró entregar un país en mejores condiciones que el país que recibió. Algo milagroso en los últimos 50 años. Logró además llevar las expectativas más allá de sus propios logros, lo que mejora nuestro futuro aunque pueda empeorar su presente.

Creo que su gran lección es esa. A los ponchazos, con energúmenos o sin ellos, negociando o a los gritos, con jóvenes idealistas, técnicos serios o rosqueros patentados, con ortodoxia de almacenero y discurso regional, con Mario Ischii y Marcó del Pont, con Braga Menéndez y D´Elía, con La Matanza y con Brasilia, se puede.


Ilustración: Simón, un voto K para el 2023.
 
 

El refrito de los Dos Demonios

El gran legado de Alfonsín fue sin duda el juicio a las juntas. Sin su obstinación aún aquellos que queríamos que se investigara el terrorismo de Estado nos hubiéramos conformado con mucho menos.

La Teoría de los Dos Demonios fue el precio que Alfonsín estuvo dispuesto a pagar para lograrlo. Es doblemente falsa, ya que deja a los militares como únicos responsables de los crímenes y asimila el terrorismo de Estado al accionar de grupos armados. Pero como decisión política tuvo la enorme ventaja de transformar al resto de los actores, empresarios, periodistas, industriales, banqueros, en víctimas pasivas de una violencia ajena, como llegada de otro planeta, lo que permitió su apoyo o al menos su neutralidad.

Treinta años más tarde, el humorista franco-argentino Solanas y sus seguidores han decidido desempolvarla intentando, como Alfonsín, no enemistarse con los peces gordos. Como señala Humberto Tumini, uno de los capocómicos del movimiento: “No quedar atrapados entre las consecuencias políticas de la disputa entre Clarín y el Gobierno, ni tomar postura por ninguno de ellos”.

El drama actual sería entonces el enfrentamiento entre ¨el gobierno y Clarín¨ (no entre el Estado y un grupo económico con posición dominante por la aplicación de una ley votada en el congreso), visión generosa que rescataría del horror a todas las almas de buena voluntad que quieran sumarse a un verdadero proyecto político de centroizquierda, en contra de la minería a cielo abierto y de la extinción del mapache plateado.

La equidistancia de Proyecto Sur, además de extraña, es algo forzada ya que mientras que Solanas no deja de escandalizarse por el accionar del gobierno, incluyendo el maquiavélico apoyo que el oficialismo le dió a su propio proyecto de ley, su discurso sobre Clarín es mucho más amable, casi funcional. Como explicó el incansable defensor de las causas lejanas, ¨Atacar a los diarios que no controla el gobierno me parece un acto de suicidio político.¨

Es clara la ventaja que la estrategia alfonsinista obtuvo de los Dos Demonios. Es un poco menos claro lo que pueda ganar Proyecto Sur con su remake, a menos que Solanas sueñe con ser el nuevo Zamora, el irreductible defensor de los DDHH que se abstuvo de votar la derogación de la obediencia debida y punto final por no querer salir en la foto junto a personajes químicamente impuros y que luego optó por las ventajas definitivas de la irrelevancia.
 

Competencia desleal

Pino Solanas acusó al gobierno de tenderle una trampa al firmar un proyecto de ley de Proyecto Sur.

Indignados, el payaso Plim Plim y Luis Zamora le iniciaron una querella por competencia desleal.

Esta gente no tiene códigos, así no se puede laburar, habrían declarado el conocido saltimbanqui y el ex monodiputado, a la salida de Comodoro Py.
 

El Kirchnerismo en su laberinto

Es extraño que se le exija al kirchnerismo que se enfrente con algún sector. Lo normal, lo que forma parte del sentido común o al menos de un cierto sentido común mediatizado, es la queja por la matriz confrontativa del oficialismo. La crispación es, para esa visión, un sistema de gobierno y no el resultado de decisiones de gobierno. Si queremos dejar de ser este país fracasado que padecemos desde que nos obstinamos en elegir populistas, debemos dejar de lado la confrontación y preferir las continuidades a las rupturas.

José Pedraza es una continuidad. Forma una de las tantas capas geológicas heredadas que el oficialismo no quiso o no pudo modificar y es de alguna manera una política de Estado (que a sobrevivido a todas las administraciones desde el ´83) incluyendo a los matones que mataron a Mariano Ferreyra.

No es un invento del kirchnerismo, pero su permanencia es fruto al menos de su debilidad. Contrariamente al sentido común que tan bien expresa la compañera Chiquita Legrand, creo que lo mejor que tiene este gobierno es su falta de apego a las formas. El temor a enviar malas señales, a pasar por energúmenos, criogenizó a más de un gobierno progre de buena voluntad. Es un temor que el kirchnerismo nunca padeció.

Por eso, como no sufro del síndrome Chikoff que transformó al partido radical en una inofensiva academia de buenos modales, quisiera más crispación, menos diálogo y ningún consenso. Me gustaría que Tomada pida la intervención de la Unión Ferroviaria, que resuelva a los tercerizados y que el gobierno saque toda la batería de trucos y fuegos de artificio que suele encontrar cuando siente que una causa es justa o simplemente que lo tienen arrinconado.

Hoy ocurren las dos cosas.
 

La cáscara vacía

De un artículo del escritor Rafael Gumucio sobre Piñera, publicado en la excelente revista chilena The Clinic:

¨Piñera, el presidente del Bicentenario, es en gran parte como la clase media que está aprendiendo a quererlo, un hombre vacío de contenido propio, pero dispuesto a aplicar mejor que nadie cualquier patrón ajeno. Zarandeado por la historia que le ha pedido cumplir con demasiados padres, modelos al mismo tiempo, se ha terminado abrazando - como tantos de nosotros - al vértigo de los acontecimientos, al movimiento incesante de cualquier cosa al mismo tiempo, más rápido para que nadie se siente a pensar adónde vamos.¨

Pensé primero en Macri, aunque creo que el caso del hijo bobo de Franco es muy diferente al de Piñera. Creo que quién se acerca más en la Argentina al paradigma descripto por Gumucio es De Narváez, con algunas grandes diferencias. El chileno tuvo la precaución de ser un empresario millonario antes de un heredero millonario y sobre todo fue un senador bastante activo antes de lograr vencer a la Concertación (o mejor dicho, de participar en su suicidio asistido).
 

Los miedos errados

Así como los incluidos vivimos atormentados por la remota posibilidad de morir como Axel Blumberg mientras que estadísticamente tenemos muchas más chances de terminar como los Pomar, quienes tuvieron la misión de encontrar a esta familia desaparecida no pudieron lograrlo ya que, como nosotros, tenían temores errados.

Al dirigir la búsqueda hacia un padre asesino, una banda de narcos de Tijuana o una eventual teletransportación hacia Ganímedes, los policías no podían encontrar a una familia que murió al costado de la ruta por no cumplir las normas de tránsito más elementales.

Algo similar ocurre con las drogas, en particular con el paco, el mal absoluto que atormenta tanto a la mentalista Carrió como al defensor de los más vulnerables, el senador Sanz. Los mismos que denostan el intervencionismo del Estado y que operan para reducirlo, exigen que combata este flagelo con más recursos, más ímpetu y más presencia. Exigen, como de costumbre, que el combate contra el paco sea otra de las muchas políticas de Estado que deberíamos apoyar para ser un país serio y no es imposible que más temprano que tarde algún publicista del Grupo A proponga un Moncloa del Paco.

El paco es, sin embargo, el Axel Blumberg de las adicciones. Como señala Artemio en referencia a los reclamos contra la inseguridad: Tampoco se insiste en la impúdica cobertura política de estos hechos y mucho menos en el comportamiento de corporaciones que promueven prácticas de consumo, que finalmente culminarán impulsando la comisión de hechos delictivos, en especial entre los jóvenes.
Lo hemos señalado en Ramble Tamble, la principal sustancia de ingreso de nuestros jóvenes a la problemática del consumo de drogas es el alcohol y en particular la cerveza, y nada ni nadie advierte de este fenómeno, que explicitamente es silenciado por los gobiernos y medios en función de la pauta comercial que las grandes compañías cerveceras vuelcan en el sistema mediático.


Vivimos en un mundo maravilloso, en el que festejamos la creatividad de las propagandas de Quilmes, que alientan el consumo de alcohol de los jóvenes en cualquier medio masivo y sin restricciones, pero exigimos que el Estado controle que el kiosquero no le venda a ese menor alentado a consumir, además de pedirle que concentre recursos en un mal absoluto como el paco que representa menos del 4% de las adicciones entre esos mismos jóvenes.
 

El Milagro de la ubicuidad

El juez federal Cardozo imputó a Milagro Sala por daño agravado y amenazas contra el senador Morales y ordenó un embargo de 70.000 pesos.

Su señoría fundamentó su acusación en testimonios de parientes y amigos de Morales, en testigos que aclararon su animosidad hacia Sala y en el descubrimiento de que una de los piqueteras que agredieron al senador con huevos, descalificaciones y cuchufletas, tenía un celular en la mano. Ese hecho relevante y la evidencia de que un escrache de esa magnitud no podría ser organizado por una sola persona, probaría que la violenta agresora no actuó de motu propio sino que fue teledirigida por la acusada, que sospechosamente ese día estaba a más de 100 km de distancia (en ese sentido el juez habría descartado la posibilidad de que Milagro, como la Vírgen del Río Blanco, tuviera el don de la ubicuidad).

La doctrina Cardozo es muy buena y debería perfeccionarse, saliendo de su ámbito estrictamente provinciano. Podríamos, por ejemplo, acusar a Milagro Sala de ser el cerebro del asesinato de John F. Kennedy en Dallas. El hecho, altamente sospechoso, de que Milagro haya decidido nacer unos meses después del crimen tendería a probar su culpabilidad. Además, es evidente que Lee Harvey Oswald no pudo organizar el atentado sin ayuda.

El diputado Gil Lapiedra, inagotable defensor de la justicia, estaría analizando la posibilidad de ampliar la acusación incluyendo el terrible magnicidio.
 

El Paraíso Perdido

El kirchnerismo ha sido una verdadera pesadilla para el progresismo, que conoció su época de oro en los ´90, con el menemismo. En aquellos años soñados alcanzaba con criticar en un almuerzo familiar la pista de Anillaco, la vulgaridad de Zulemita o el último negociado oficial para ser progresista.

Tenembaum denunciaba aquello que fastidiaba más pero que era secundario. No analizaba el drama de fondo sino que se quedaba en uno de sus aspectos instrumentales, la corrupción. Eso bastaba para transformarlo en bienpensante, en el yerno soñado de toda psicóloga de Belgrano, en un Che con rúcula y aceto.

Los progresistas eran progresistas. Los otros eran malos, sucios y feos. Era tautológico. Y fácil.

Hoy eso cambió. No alcanza con ser progresista. No son suficientes las antiguas medallas ganadas duramente en la denuncia de funcionarios menores. Los periodistas tienen que meter la mano en el barro para determinar si lo que hay son pepitas de oro o cachos de alambre oxidado. Es un trabajo fastidioso. Por eso muchos prefieren condenar el barro en su totalidad, invocar discusiones talmúdicas sobre la definición estricta de progresismo antes que analizar las iniciativas políticas que modifican, despacio o rápido, para bien o para mal, la realidad que nos rodea.

Focalizando en los modos, en las intenciones, en la etimología de las palabras, en el pasado poco virtuoso de nuestros gobernantes, buscan la pista de Anillaco que los conduzca de vuelta a su antiguo paraíso perdido.
 

El candidato tapado


Después del inesperado triunfo del payaso Tiririca, elegido este fin de semana diputado federal por el Estado de San Pablo bajo la consigna "Vote Tiririca, pior do que está não fica", el Grupo A se habría reunido esta mañana con Piñón Fijo en un conocido pelotero de la ciudad de Córdoba. El simpático saltimbanqui sería el candidato tapado que mencionara La Nación. 

Los equipos técnicos de las diferentes agrupaciones se encontrarían consensuando la plataforma junto al mánager del artista en un ambiente relajado y optimista ya que como declararon off the record varios participantes, peor de lo que están "não fica".



Sao Paulo, 3 oct (EFE).- El payaso Tiririca, candidato a diputado federal, se hizo hoy con un escaño en la cámara baja de Brasil por el estado de Sao Paulo y se convirtió en el parlamentario con mayor apoyo popular del país tras cosechar más de un millón de votos, según el escrutinio parcial del Tribunal Superior Electoral (TSE).