Federico Pinedo, un valiente representante de la nueva política, acaba de delinear lo que será el gran legado del PRO en la ciudad que gobierna desde hace casi cuatro años: Gabriela Michetti y el hijo bobo de Franco se bajarán de una candidatura con éxito asegurado para permitir la alternancia y enriquecer la democracia.
Para profundizar aún más este nuevo paradigma y dar una señal contundente de respeto hacia aquellos que piensan distinto, Horacito Rodriguez Larreta se habría comprometido a apoyar candidatos que nunca antes hayan podido gobernar la ciudad, discriminados por la dictadura de la mayoría, como Carlos Heller, Jorge Altamira o mi tía Chola, aunque no queda claro si ese compromiso del actual jefe de gabinete porteño es una promesa o una amenaza.
Quienes no tomamos la alternancia, ni tampoco la continuidad, como un valor absoluto deberíamos reflexionar frente a este gesto de grandeza.
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